El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

440 Karin Ermter, Manuela Guerrero C onclusiones y desafíos futuros Desde que el liceo se mudó a Calama los resultados académicos mejoraron por la alta demanda de matrícula (impulsada por una oferta de especialidades atractiva y la imagen de un establecimiento normalizado y ordenado), combinada con un proceso de selección que privilegia a los estudiantes con mejores promedios. A esto se agregan, bajo la gestión de directores anteriores, estrategias para mejorar el rendimiento en las pruebas externas. Bajo la gestión del actual director se desarrolla un proceso incipiente de mejora- miento de la gestión pedagógica, que parte por un aumento en el control sistemático de la cobertura curricular a través de pruebas de nivel y supervisión en aula; sin embargo, aún no se ha logrado avanzar significativamente en el trabajo colaborativo sistemático de los profesores, para apoyar el desempeño de los docentes con menor experiencia que han renovado la planta docente en los últimos años. Este trabajo colaborativo es crítico porque permite que los saberes de los profesores con buen desempeño no se pierdan cuando estos dejen el liceo, como ha ocurrido hasta ahora, y porque la escasez de docen- tes sumada a las limitaciones legales para ofrecer incentivos económicos obstaculiza el reclutamiento de profesores expertos. Entre los desafíos externos que enfrenta el liceo en un futuro inmediato se cuentan los siguientes: - Ley de Inclusión La puesta en marcha de la Ley de Inclusión, que determina que las vacantes se llena- rán por azar a partir de 2017, pone fin al sistema de selección. Por ello, se puede prever el ingreso de un alumnado más heterogéneo, que desafía las capacidades de gestión peda- gógica, que deberán fortalecerse. Asimismo, el establecimiento carece en estos momen- tos de un Programa de Integración Escolar (PIE) y de recursos para trabajar con jóvenes con necesidades especiales, los que deberán gestionarse para apoyar a un alumnado más diverso. Sin embargo, algunas experiencias exitosas de inclusión (el director cita un caso de una niña a la que le faltaba un brazo) han contribuido a disminuir las aprehensiones de los docentes respecto a este tema. Por otra parte, la Ley de Inclusión plantea un problema nuevo, puesto que las em- presas mineras exigen de sus trabajadores una salud compatible con ambientes de alto riesgo ocupacional. Debido a esto, el liceo, a diferencia de los que imparten especialida- des administrativas o de otra índole, no puede asegurar a los alumnos con necesidades educativas especiales (niños hipoacústicos, con discapacidad visual, entre otras), acceso al campo laboral, e incluso a las prácticas. El liceo no cuenta en estos momentos con una estrategia para abordar esta situación.

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