El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
425 Respondiendo a los desafíos de un entorno cambiante. de directores anteriores, la incorporación en años recientes de un mayor contingente de profesores jóvenes y con poca experiencia laboral, además de profesionales no docentes en asignaturas generalistas, redunda en una mayor necesidad de estos espacios formati- vos. La realidad de los departamentos en este sentido es variada, dependiendo del lide- razgo de quien lo encabece, de la disponibilidad de tiempo personal y la motivación de sus integrantes. Así, por ejemplo, se mantiene desde hace años la práctica de trabajo en equipo en Matemática, un departamento en que imperan las buenas relaciones inter- personales. Asimismo, en los últimos años se ha generado una colaboración espontánea y voluntaria en Historia, un departamento liderado e integrado por docentes jóvenes. En Lenguaje se realiza un trabajo conjunto entre algunos profesores de cursos paralelos que tienen mayor afinidad entre sí, mientras que en otros departamentos los docentes continúan trabajando en forma aislada: «La carga laboral, las exigencias –no digo que sea culpa del liceo, yo digo que es culpa del sistema–, no permiten tanto esos espacios [de colaboración]. O sea, si nosotros tuviéramos menos horas de aula y más horas para las mismas reuniones de departamento, la clase podría ser preparada de mejor manera» (profesor de asignatura). F ormación de especialidades y vinculación con el medio Evolución histórica de la oferta de especialidades La incorporación de carreras TP parte en 1993, con la especialidad de Analista Químico. Obedece a la necesidad de desarrollar una oferta educativa más atractiva en un momento en que la matrícula del liceo bordeaba apenas los 300 alumnos. En 1998 el establecimiento da un nuevo paso y, en forma pionera en la región, incorpora la mo- dalidad dual en dicha carrera. Con apoyo de Codelco y el Ministerio de Educación, el liceo recibe asesoría técnica de expertos alemanes y establece convenios con empresas de la zona. Cuatro años después el abanico de carreras se extiende a las especialidades de Metalurgia Extractiva, Laboratorio Químico, Operación de Planta Química, Asistencia en Geología y Telecomunicaciones. Las primeras cuatro carreras se acreditan y certifican por Chile Califica. Una vez que el liceo se traslada a Calama, la carrera de Telecomunicaciones se elimi- na por falta de demanda en el mercado local, siendo reemplazada por Electrónica, con lo que finalmente todas las especialidades se alinean con la minería, lo que le da al esta- blecimiento un sello único en la comuna. Esta identidad se consagra con el cambio de nombre en 2012, cuando el Liceo B-10 adopta el nombre de Liceo Minero América, y se refuerza adoptando una serie de prácticas y normas similares a las imperantes en faenas productivas. Por ejemplo, el ingreso al liceo es a las 7:45, para acostumbrar a los alumnos
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