El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
417 Respondiendo a los desafíos de un entorno cambiante. social ligada a los establecimientos de Chuquicamata, llevaba a las familias de los traba- jadores residentes a optar por el Liceo América cuando sus hijos no calificaban académi- camente para acceder al colegio privado de la empresa: «Chuqui era un campamento, era pequeño. Nos costó un poco insertarnos acá [en Calama], porque éramos ‘el colegio de Chuqui’ y nos veíamos como que teníamos un estatus muy alto… y no era cierto» (profesora). En Calama, en cambio, existen otros establecimientos públicos y particulares sub- vencionados, algunos con buenos resultados académicos, y los docentes deben tomar conciencia respecto a «la responsabilidad (…) de llegar a un lugar que era competitivo» (profesora). El liceo se prepara formalizando aspectos de la gestión escolar, como «desa- rrollar el perfil que queríamos de los alumnos, el perfil del profesor» (profesora), a lo que se suma el diseño de una oferta educativa más atractiva, con mayor énfasis académico y más actividades extracurriculares. Por otro lado, la mayor cercanía geográfica permite al liceo salir de su aislamiento; así, se vincula más estrechamente al sostenedor municipal y a las redes educativas loca- les, aprovechando mejor las oportunidades de perfeccionamiento docente. «En Chuqui, éramos nosotros y no era nadie más; nadie nos invitaba a ninguna reunión, nosotros hacíamos y deshacíamos arriba» (profesora). En 2004 jubila la directora junto a una parte del cuerpo docente, lo que trae con- sigo una renovación del personal. El nuevo director, Linconber Montiel (2005-2012), delega en su equipo la gestión administrativa, académica y de convivencia, controlando el cumplimiento de las metas propuestas. Concentra sus esfuerzos en la elaboración de proyectos, la búsqueda de alianzas con empresas y el financiamiento de iniciativas para suplir las múltiples y urgentes carencias del momento. Los profesores reconocen el valor de las nuevas iniciativas: «Estábamos casi en pañales. Faltaban muchas cosas que hacer, ampliar el comedor, el cierre perimetral. Se forestó, porque esto era árido, horrible. Don Linconber remodeló la bibliote- ca, nos habilitó el sistema de amplificación. Entonces, hemos ido avanzando con tecnología, que eso tambi é n es importante. Allá en Chuqui no teníamos ni papelógrafo» (profesores). Las instalaciones pronto se hacen estrechas para la nueva matrícula, por lo que se implementa un anexo fuera del recinto. Este concentra a los alumnos con dificultades académicas y problemas disciplinarios hasta 2006, fecha en que se traspasa a otro es- tablecimiento, con la consecuente disminución, aunque temporal, del alumnado. Sin embargo, la salida de los estudiantes considerados más ‘problemáticos’, junto a los atri- butos ya existentes (la atractiva infraestructura y el moderno equipamiento alcanzados a través de proyectos, además del vínculo con las empresas de la zona, que asegura una mayor empleabilidad a los egresados), aumentan el prestigio del establecimiento ante la comunidad:
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