El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Pamela Ugalde, Carlos Videla 412 de vulnerabilidad. Sin embargo, en años recientes se asumió otra postura, que valora la información que la medición entrega como retroalimentación del proceso formativo. «Eso era lo malo del Simce, cómo lo manejaban, la sociedad, los medios de comunicación, las mismas políticas ministeriales, etcétera, cómo manejaban los resultados del Simce era nefasto ¿ya? Pero ese era un tema que tenía que regularse desde arriba» (directora). El sentimiento «anti-Simce» estaba tan extendido que en determinado momento los estudiantes se opusieron a rendir la prueba, bajo el argumento de que no daba cuenta de quiénes eran ellos. Al notar que en muchos casos el problema reflejaba una baja autoes- tima, se asumió como un reto para los docentes: «Les mostramos los gráficos: ‘Miren, chicos, ustedes no se la creen pero miren como hemos progresado’, les hicimos un video, todos los profesores grabamos, yo con mi celular grabé a todos los profesores, grabé a los auxiliares, a la persona que está en la puerta, a la persona que están en el CRA, grabé a la directora y al inspector, todos con un mensaje positivo a los chicos» (jefa del Departamento de Inglés). A través de estas estrategias se logró motivar a los alumnos para rendir la prueba. Esta situación permitió determinar un nuevo foco de trabajo: la autoestima, cuestión que apareció como relevante y que, mediante procesos de reflexión, fue ligada a la im- portancia de las expectativas de los docentes en relación al rendimiento de sus alumnos, asunto que ha sido trabajado de manera más sistemática. Continuidad de estudios Los alumnos tienen la opción de trabajar o continuar estudiando al egresar del li- ceo. Los que eligen esta última opción son cada vez más, optando por los Centros de Formación Técnica (CFT), institutos profesionales o la universidad. Para estos efectos los estudiantes son asesorados acerca de las becas u otras formas de financiamiento exis- tentes, como la gratuidad universitaria. «Becas que hay, le explican, claro: oye, sabís que tenís que postular a esta beca’, ‘oye, a ti te llegó esta beca’» (apoderados). Asimismo, un preuniversitario municipal gratuito apoya las pretensiones de los jóvenes. Sin embargo, deben hacer coincidir sus horarios con los de la práctica laboral, lo que resulta difícil. La continuidad de estudios exige que los alumnos estén titulados, para lo que de- ben haber completado satisfactoriamente su práctica laboral. En virtud de ello, el liceo se esfuerza por ampliar y fortalecer las relaciones con los centros de práctica, buscando ofrecer prácticas tempranas a los alumnos que han culminado satisfactoriamente sus cur- sos. La jefa de producción es la encargada de firmar los convenios y asignar estudiantes a los centros de práctica. Para esto se elabora un ranking , priorizando a quienes tienen mejores notas y a aquellos que quieren proseguir estudios, de modo que culminen su proceso de enseñanza media antes del período de matrícula en las instituciones de educación superior.
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