El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Pamela Ugalde, Carlos Videla 410 Este canal centralizado ha operado bien; sin embargo, la directiva tiene la percep- ción de que «hay veces que los alumnos igual se van mucho... como que se suben a las nubes y ellos creen que nosotros podríamos darles todo, porque nosotros igual po, le pusimos hartas cosas en los baños, igual le hemos, la de ensayo, la sala fue grande; les hicimos hartas cosas, y ellos querían más» (directiva CAA). En cuanto a las demandas de los estudiantes hacia el liceo, se identifica una principal: «Es la tecnología. Sí, la tecnolo- gía, red wifi en el colegio, sí; esas son necesidades que ellos sienten, sí, con respecto a la tecnología» (asesora CAA). La directiva del CAA se reúne dos veces al mes con los presidentes de los cursos en una asamblea, donde se discuten y generan proyectos. En 2016 enviaron el proyecto «Aprende con música en el aula», que consiste en la dotación de un equipo de sonido para cada sala. Además, se postuló a un proyecto con el programa PACE, enfocado en los recreos entretenidos. Para decidir a qué proyecto presentarse, se realiza una votación de los estudiantes de la asamblea: «Nosotros los profesores con los centros de alumnos formulamos el proyecto, pero de don- de nace la idea de proyecto es de las bases, claro, de la asamblea; tenemos este proyecto de PACE ¿en qué podemos ocupar esta cantidad de plata? ¿Cuáles son las necesidades que tenemos? Se llama a votación y en realidad todo queda registrado en acta» (asesora CAA). El CAA del liceo además se reúne con la red de centros de alumnos del DAEM, cuyas reuniones tienen distintos focos; por ejemplo, se imparten talleres para potenciar el liderazgo. Estas actividades requieren de horas extra de trabajo de la directiva, que son recompensadas por los beneficios obtenidos para la comunidad escolar: «Nos quedába- mos después del liceo a hacer la planificación, siempre era reuniones de después de las cuatro hasta las seis, cinco y media, seis y media (…) después uno decía ‘vale la pena’, pero sí, trabajo fue harto» (directiva CAA). El Centro de Alumnos también organiza actividades recreativas en las que se coor- dinan, además, con instituciones como el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV). Por ejemplo, para el día del alumno «les trajimos a raperos (...), estaba INJUV sacando la tarjeta joven, estaban del programa PACE, estaban dando cosas también, sí; Inacap, estaban todos. Estaban todos, hicieron zumba también, hicieron hartas cosas» (directiva CAA). De este modo, las prácticas de participación del liceo son replicadas y fomentadas a través de las iniciativas que llevan a cabo los alumnos en sus propias instancias de representación, fortaleciéndose, así, una cultura de la cooperación y participación de- mocrática.

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