El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Pamela Ugalde, Carlos Videla 408 de uniforme o alimentación). Cuando se trata de problemas psicológicos, el alumno es derivado a la dupla SEP, que planifica una visita domiciliaria y cita al apoderado para evaluar la gravedad del asunto. En el caso de que se presente un problema que no se puede abordar al interior del establecimiento, se recurre a redes externas. En cualquier curso de acciones la expulsión del alumno está prácticamente descar- tada debido a las restricciones impuestas por la Superintendencia de Educación. A partir de 2016, dos tipos de sanciones fueron consensuadas con los profesores y el Centro de Padres: sanciones punitivas consistentes en días de suspensión; y formativas que se traducen en trabajo comunitario. Las sanciones, por lo demás, son acordadas con el es- tudiante y su apoderado; y en caso de que alguno de los dos se muestre disconforme, se aplica otro tipo de sanción. Finalmente, el enfoque con el que se construyen los reglamentos se centra en los de- rechos: «El derecho a ser escuchado, a ser respetado, el derecho a no ser discriminado, el derecho a la educación inclusiva (…) a una educación en equidad, en calidad, el derecho a ser protegido, el derecho a ser escuchado el derecho a no ser vulnerado» (orientadora). Desafíos actuales en relación a la gestión de la convivencia Entre los Indicadores de Desarrollo Personal y Social (IDPS), medidos por la Agen- cia de Calidad de la Educación, entre 2012 y 2015, el indicador de Clima de convivencia escolar baja de un 75,7% a un 69,9%, pasando de estar por sobre el puntaje del grupo de comparación, a estar por debajo del promedio. En cuanto al indicador de Participación y formación ciudadana, los porcentajes van de 76,9 a 76%, valor que, aunque se mantiene sobre el grupo de comparación, muestra una ligera baja. Las estadísticas, no obstante, deben considerar que el establecimiento recibió la más baja clasificación en términos de vulnerabilidad, precisamente entre los años 2013 y 2014. Cabe señalar que el liceo todavía no cuenta con criterios de convivencia definidos, por lo que estos quedan a discreción de cada docente. Por ejemplo, algunos profesores dejan a los alumnos entrar con gorro a la sala y otros no, lo que produce desgaste y frus- tración. Por último, otro aspecto por desarrollar es la participación de los apoderados, que se juzga débil, a pesar de que se señala que el Centro de Padres ha sido un gran apoyo para la realización de mejoras en la infraestructura, aportando con dinero para poner cerámicas en el patio y para instalar un techo que da sombra a los alumnos en el recreo. El Plan de Mejoramiento Educativo como herramienta de cohesión El Plan de Mejoramiento Educativo, destacado anteriormente como herramienta de gestión pedagógica, también ha resultado útil para cohesionar a la colectividad en torno a sus metas educativas. No se trató de una iniciativa construida exclusivamente por el equipo directivo, sino que incluyó al cuerpo docente. El PME refleja lo que el liceo cree que debe ser la educación y cuenta con el sello del establecimiento, está alineado con el

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