El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Pamela Ugalde, Carlos Videla 406 Gestión de recursos Los talleres de especialidades requieren de materiales, equipamiento e infraestructu- ra para asegurar el aprendizaje de los estudiantes. La gestión de recursos es, por lo tanto, una preocupación importante para la colectividad; se plantea siempre al servicio de los objetivos pedagógicos y solo así adquiere sentido. El uso del inmueble es tan intenso que los talleres se abren para que los estudiantes puedan practicar durante las tardes; el liceo facilita sus instalaciones a la comunidad u otras instituciones; y todas las salas de clases están ocupadas, al punto de que solo la falta de espacio ha impedido la incorporación de una nueva especialidad. La puesta en marcha de la Ley SEP en 2011, sin duda impactó en los recursos del liceo, aumentando las posibilidades de cubrir sus gastos: «Yo creo que se distribuyen bien, porque cuando con los muchachos en primero y segundo medio tenemos que salir a terreno en diversas asignaturas, o a veces se coordina una salida a terreno donde se han involucrado dos o tres asignaturas a la vez, ahí no hay problema, porque contamos con los recursos, con la movilización, con colaciones, y en el resto no tenemos problemas de recursos» (presidente de Departamento de Matemática). Con respecto a las condiciones físicas del liceo, se han estado haciendo algunos arre- glos en espacios, como los baños y la cocina. C onvivencia escolar La preocupación por la convivencia escolar se ha ido incorporando lentamente y a través de diversos enfoques desde los tiempos de Mario Vargas (2007), ya que «el con- texto lo demanda» (directora), aunque con una mirada más bien dirigida al control de la disciplina y la prevención del consumo de drogas, debido a la historia de la colectividad. En efecto, en épocas pasadas, ocasionalmente se descubría a estudiantes portando armas y vendiendo estupefacientes al interior del establecimiento. Si bien estas situaciones ya no se ven, persiste el problema del consumo de drogas entre los jóvenes. Al respecto, el liceo cuenta con procedimientos establecidos para situaciones de tráfico y consumo, que consideran la intervención de asistentes sociales, apoderados, el programa Previene del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alco- hol (SENDA) y en algunas situaciones, la Policía de Investigaciones (PDI). Estos son conocidos y respetados por docentes y apoderados: «Tienen como un protocolo que se sigue» (apoderados). Los estudiantes también reconocen este protocolo y citan un caso en el que un curso recibió charlas de parte de profesionales de Previene, luego de que un alumno fuera sorprendido con drogas. Como se ve, las estrategias utilizadas son pro- ducto de un proceso de reflexión conjunta de la comunidad educativa, lográndose así el consenso respecto de las acciones a emprender.

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