El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Pamela Ugalde, Carlos Videla 398 profesores o apoderados, chequear si están todos los profesores y si todos los cursos están cubiertos, monitorear el cumplimiento de los horarios de clases, y cuidar que no haya problemas de aseo: «Lo primero que hago cuando llego es ver si hay alguna licencia médica (…) a veces ocurren cosas en el momento, como que algún colega se enfermó (…) que se cumplan los horarios de las clases, cubrir, ver que todo esté impecable, (…). Eso es un poco lo que yo hago todos los días, y todos los días es algo nuevo» (inspectora general). El jefe de UTP, quien asumió hace un año, se encarga de que los profesores cum- plan con los requerimientos técnicos propios de su función: elaboración de pruebas y de material didáctico, y entrega de planificaciones. Por otro lado, revisa la producción de los docentes antes mencionada, así como la cobertura curricular en sus cursos, a través de la revisión de los libros de clases. Por último, el jefe de UTP señala entre sus funciones «visualizar algunas necesidades que tengan ellos y también preparar talleres, digamos, para apoyarlos en los planes pedagógicos». Se trata, por tanto, de una labor de control y retroalimentación, además de un rol de apoyo formativo hacia los docentes. Otras funciones pedagógicas que se pueden encontrar, son las de coordinadores de espe- cialidad (no hay un coordinador general TP), jefa de producción (TP) y presidentes de departamento. Un modelo de planificación y un lenguaje común El paso de la directora por la jefatura de UTP en 2008 fue decisivo en la confor- mación del modelo de gestión pedagógica actual, en el que acompaña al jefe de UTP, actuando ya no solo como líder administrativa, sino también como líder pedagógica. Al respecto, relata el primer esfuerzo que se llevó a cabo: «Cuando llegamos en marzo había que planificar, y en el colegio, las personas de la forma- ción general planificaban de alguna forma, los técnicos de otra, no había un criterio común (…) ¿Qué hicimos? Consensuamos un modelo de planificación y lo instalamos (…) dijimos ‘aquí vamos a tener una mirada pedagógica’ independiente de que, ‘si yo soy de formación general, si yo soy del UTP’ (…) Lo más fuerte fue instalar un modelo de planificación». Este cambio en la planificación los llevó a darse cuenta de que había otras necesida- des que se debían satisfacer para que el sistema funcionara: «En el proceso de instalar la planificación, yo, de la jefatura técnica, me di cuenta de que lo que no teníamos acá era un lenguaje pedagógico común, por ejemplo, el profe iba y te decía: ‘Ya, pero hay que trabajar, en la planificación dice criterios e indicadores de evalua- ción’. Pero, ¿cómo son los indicadores de evaluación? ¿Qué son los criterios? ¿Cuáles son los aprendizajes esperados? Entonces yo creo que un proceso bastante interesante que se realizó en esa época, estoy hablando de 2008, fue ‘ya, instalar un lenguaje común de tipo pedagógico’» (directora).

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