El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
382 Nicole Bustos, Xavier Vanni acuerdo a los directivos, al profesor «no se le puede acabar el repertorio» antes de con- cluido el tiempo de la lección, y en caso de ausencia, todos tienen preparadas las guías de trabajo que utilizarán sus reemplazantes. En cuanto a las horas no lectivas, para optimizar la preparación de las clases y las instancias de colaboración entre pares, todos los docentes utilizan el mismo formato de planificaciones y evaluaciones pedagógicas. Asimismo, en algunas asignaturas los profe- sores se especializan en determinados contenidos o niveles, según sus intereses y habi- lidades, evitando planificar y elaborar materiales para todos los niveles o en contenidos muy diferentes, ya que, según declaran, esta organización les «facilita y ayuda», debido a que «llevar todos los niveles era demasiado pesado». Por ejemplo, en Matemática cada profesor se hace responsable de dos niveles educativos, se trate de I o 2° medio, o de III y 4° medio. Desarrollo profesional El liceo favorece el desarrollo profesional docente continuo, lo cual es favorecido por la SNA, que gestiona capacitaciones anuales en innovaciones pedagógicas y técnicas. Estas últimas son altamente valoradas por docentes y directivos, muchos de los cuales (33%) incluso han podido estudiar en el extranjero. Al respecto, un profesor puntualiza: «En el caso del área técnica, le hemos dado una importancia tremenda al perfeccionamiento del área, y no solamente a nivel latinoamericano, hemos estado con, no sé, en Alemania, por ejemplo, que tecnológicamente es muy avanzado, en Estados Unidos igual, aquí hay colegas que han tenido una certificación americana, que se va renovando cada cuatro o cinco años». Los profesores también pueden proponer la formación que requieren, recibiendo apoyo de los directivos para gestionar los recursos necesarios dentro de las posibilidades existentes. Igualmente, desde la dirección del liceo se formulan sugerencias de capa- citaciones adicionales a las de la SNA. Una vez concluida la capacitación, el docente desarrolla un proyecto donde adapta lo aprendido al contexto del liceo, incluyendo una transferencia a sus colegas. Como complemento, recientemente se ha implementado la observación de las prác- ticas pedagógicas docentes. Esta es realizada por un miembro de UTP o del equipo directivo, quien se sirve de una pauta consensuada con los docentes, basada en el Marco para la Buena Enseñanza. Los profesores son retroalimentados por sus observadores, adquiriendo compromisos de mejoramiento de su desempeño personal. Esta práctica ha sido acogida positivamente por quienes experimentaron el proceso, y en el momento de nuestra visita al liceo se esperaba mejorar su regularidad e incorporar a los mismos docentes como pares observadores. Las oportunidades mencionadas son especialmente importantes para los profesores de especialidad, quienes carecen de una formación pedagógica de base. Por lo mismo –sobre todo aquellos que no tienen experiencia previa en docencia– reciben un apoyo
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