El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
372 Nicole Bustos, Xavier Vanni según lo puntualiza el director, quien recuerda la situación con que se encontró cuando llegó a su cargo en 2000: «El colegio no tenía mística porque era nuevo, no tenía grito de guerra, no tenía himno, una serie de cosas que yo echaba de menos, y además ¡nos ganaban en todo! era terrible (…) Yo les pedí una explicación a los profesores y los profesores me dicen que siempre se había pensado que lo importante era participar, entonces yo les expliqué ‘si es por participar, en- tonces hagamos clases’». Si bien no fue fácil, el director logró convencer a profesores y alumnos de que po- dían ganar en todas las competencias en las que participaran, pero que eso significaba trabajar mucho más, porque los triunfos no llegarían sin un gran y sistemático esfuerzo, y sin que creyeran en sus propias capacidades. «Si es una cosa que no sé, como que tú te contagias, es como un virus, tú entras acá y… el grito, el himno, cuando desfilan, o sea cuando desfilan es el Fenner el que está desfilando, aunque la banda no haya sacado el primer lugar, la que más se destaca es el Fenner» (do- centes). Hacer las cosas bien y trabajar en equipo Como pudimos observar en el trabajo de campo, el liceo siempre está lleno de acti- vidades, a un ritmo que por momentos parece vertiginoso. Los docentes dan cuenta del constante desarrollo de proyectos e intercambio de materiales y estrategias: «Es una visión que poco a poco vamos tomando cada uno de los profesores y cada vez se va potenciando. El profesor nuevo, alguno se entusiasma; otros dicen ‘no calzo aquí, mucha presión’; en donde nosotros vemos más trabajo, tenemos la visión de ver más oportunida- des; en donde vemos un problema, vemos principalmente el vaso medio lleno para buscar soluciones. Entonces eso se va transmitiendo entre colega y colega, y la sinergia que se pro- duce es un resultado espectacular» (docente). No obstante, lo que más destacan tanto docentes como estudiantes en relación al estilo de trabajo en el liceo, es la responsabilidad compartida de «hacer las cosas bien»: «No quiero que suene arrogante pero sí somos más prolijos en muchas cosas que el común del sistema, en cuanto a planificación, en cuanto a lo curricular, en cuanto a capacitación. En otro caso, que conozco colegas de otros colegios, es como más simple, como más light , como más… no con tanta exigencia» (docente). Otra característica de este estilo de trabajo es la organización en base a metas. Como dicen los docentes y estudiantes «hay metas para todo», y esta es una práctica promovi- da y apoyada por el sostenedor en toda la red de establecimientos de SNA Educa. Esta cultura profesional está basada, según los entrevistados, en el trabajo en equipo y las relaciones de colaboración tanto en lo profesional como en lo personal: todos se sienten fuertemente comprometidos y responsables tanto de los éxitos y problemas del liceo,
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