El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

368 Nicole Bustos, Xavier Vanni Fundación del liceo y establecimiento de condiciones materiales básicas, 1996–2000. En esta primera etapa la prioridad era generar las condiciones profesionales y mate- riales, especialmente de infraestructura y equipamiento, para poner en marcha el liceo. En consecuencia, se siguió una estrategia de aprovechamiento general de oportunidades, tales como la solicitud de préstamos, alianzas con empresas, participación en remates, reciclaje de materiales e incorporación de la comunidad en la construcción de su propio liceo. Con una matrícula inicial de 90 alumnos, el establecimiento impartía las especiali- dades de Electricidad y Construcciones Metálicas. Luego de un año y medio operando en el Liceo Agrícola, se trasladó a su propio edificio, que contaba con un internado, cuatro salas de clases y dos talleres de especialidad, aunque sin mucho equipamiento, tal como lo recuerdan los profesores: «A mí me pasaron como taller eléctrico y de construcciones metálicas un galponcito que había, que era como un garaje de tractor, poco más grande que esto, para atender a 45 alumnos adentro, así pelado, sin nada (…) A mí me dijeron ‘hay que hacerlo –yo lo voy a hacer-’. Y ahí con los cabros, recorrer, miré yo qué es lo que hay, con qué cuento, y veo puertas botadas, veo unos tableros botados de pizarra. ‘Ya cabros, esto lo tomamos al tiro’, e hicimos nuestros primeros paneles eléctricos, y así empezamos» (docente). La participación de los alumnos en la construcción y acondicionamiento del liceo fue tomada como una oportunidad de aprendizaje; mientras que el involucramiento de las familias en estas tareas afianzaba su compromiso con la educación de los jóvenes. Como señala un profesor, «una de las cosas que aquí hacen especial a este colegio es que nos tocó construir con los mismos alumnos». Si bien actualmente el liceo no tiene la misma urgencia de construcción que en sus inicios, la constante renovación se mantiene como un sello hasta el día de hoy, acogiendo los proyectos de mejoramiento de infraes- tructura de toda la comunidad educativa. En 1999, al tiempo que se renueva la plantilla docente, una de las profesoras pasa a asumir como jefa de docencia, cargo que ocupa hasta nuestros días. En 2000 llega el director actual, quien ha tenido un rol protagónico en la historia y los logros del liceo. Estructuración de los procesos internos de funcionamiento desde 2000 hasta mediados de la década El nuevo equipo directivo asumió el desafío de implementar dos nuevas especiali- dades, Mecánica Automotriz e Instalaciones Sanitarias, que hicieron necesario ampliar la infraestructura. El aumento de la matrícula debía acompañarse de un trabajo interno que asegurara la calidad de la educación impartida. Por eso, mientras tenían lugar los trabajos de ampliación, el énfasis apuntó a la mejora de los procesos internos del liceo: la convivencia escolar, los procesos de gestión pedagógica y curricular, y la cultura escolar.

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