El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
La dignificación de la experiencia educativa técnica en el mundo rural 343 «Los profes nos conocen, de cierta manera son como nuestros papás, las inspectoras igual... por ejemplo, si uno de nosotros así anda mal o enfermo o decaído, ellos lo notan altiro, o si algo nos pasa lo notan altiro, nos preguntan qué nos pasa, se preocupan, como vivimos aquí la mayoría somos muy cercanos» (alumnos 4° medio). La juventud de los profesores y del equipo directivo favorece el vínculo con los alumnos, quienes lo ven como un factor de cercanía mutua, y aunque la edad no se considera en el proceso de selección de los docentes, sí se presta atención a la empatía que puedan tener con los estudiantes pues según directivos y profesores al vincularse y al educar desde la empatía y preocupación personal, los estudiantes adquieren mayor compromiso con sus propias trayectorias educativas. Para fortalecer este vínculo, desde 2014 la figura de profesor jefe fue reemplazada por la de profesor acompañante. No es solo un cambio de nomenclatura; la labor de acompañamiento implica una responsabilidad especial con los estudiantes del curso a cargo. Entre sus tareas está monitorear el desempeño académico y orientar a cada alum- no en su proyecto de vida. Por ejemplo, si un estudiante presenta dificultades académi- cas o personales, se espera que el profesor no solo esté al tanto de la situación, sino que también conozca los motivos y busque estrategias para abordar el problema. Cada año los profesores acompañantes acuerdan metas de rendimiento, asistencia y retención de sus cursos, que se monitorean en reuniones semanales donde además se abordan proble- máticas de cada curso y estrategias de resolución. «Acá siento que tuve que empezar a alinearme a la figura del educador, haber tomado el acompañamiento de un curso implicaba justamente hacerte educador, hacerte parte de sus vidas y llegar a generar esos lazos afectivos con los chicos que muchas veces siento que no se da en otros lados» (profesor). Donde todos pueden aprender Desde la dirección se intencionó un cambio fundamental hacia una actitud de res- ponsabilización por los resultados y aprendizajes de los estudiantes, independientemente del nivel con que ingresaran al liceo o de su rendimiento en el aula. «Nosotros siempre decíamos «pero chuta ¿usted ha visto cuántos niños nos llegan con pro- medio bajo cinco? Y no podemos seleccionar y etcétera, etcétera». Después, fuimos cam- biando y la verdad es que entendimos «es lo que hay y con esto tenemos que trabajar», entonces empezó ese cambio de mentalidad en el profesor» (Equipo Directivo) Así, el liceo exige que los docentes conozcan las causas que podrían eventualmente entorpecer el proceso de aprendizaje, y que propongan acciones concretas para abordar- las. «Yo no le puedo decir ‘¿sabe qué? a mí me fue mal porque los chiquillos no quieren estu- diar’. A mí me van a decir ‘¿por qué no quiere estudiar?’» (profesor).
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