El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
342 Loreto de la Fuente, Mariana Contreras llamadas de alumnos, o sea el sentido de pertenencia es fuerte. En verdad acá tenís que siem- pre dar un poco más: si vienes sólo a hacer tu trabajo como docente no sirves» (profesores) Sin embargo, esta misma exigencia, sumada a la lejanía del liceo, incide en la alta rotación que históricamente lo ha afectado. Según la UTP, todos los años pierde al me- nos un 10% de la planta, o bien porque los profesores encuentran empleo en lugares más cercanos a sus hogares o bien porque no sobrellevan bien el ritmo de trabajo del establecimiento. Esta situación afecta el vínculo profesor-alumno e impide contar con un equipo docente consolidado, ya que siempre hay un grupo en proceso de adaptación a la cultura del liceo. Por lo demás, no resulta fácil incorporar docentes a la institución, primero por lo le- jos que queda de Osorno y segundo porque no todos los postulantes aprueban los filtros de la selección, que consideran una prueba de contenidos aplicada por la SNA, en la que se exige como mínimo un 65% de logro, además de una entrevista con el psicólogo de la corporación y con el equipo directivo del liceo. Los alumnos, por su parte, valoran y se sienten orgullosos de su liceo. Les gusta la infraestructura y el entorno en que estudian y viven, valoran el orden y la limpieza del internado, la calidad de las comidas –aunque no así el tamaño de las porciones– y los recursos con que cuentan sus especialidades; pero por sobre todo reconocen la preocu- pación de los profesores por su aprendizaje y bienestar. «Mis amigos me dicen que les da lo mismo sus liceos, porque dicen que igual es fome, que en las clases hacen lo que quieren, que a los profes les da lo mismo si van o no van, si hacen o no hacen su tarea, si aprenden o no aprenden. Entonces a ellos igual les da lo mismo. En cambio nosotros aquí tenemos otro enfoque; los profesores se preocupan de todo, de cómo vamos en las notas, de si hiciste tus tareas, de si estás triste, si tienes algún problema, todo» (estudiantes). Esta sensación de orgullo comenzó a consolidarse con la mejora de los resultados Simce, alrededor de 2008, y se fortaleció con los logros obtenidos en los torneos inte- rescolares. Si bien fue el director Vásquez quien comenzó a promover la participación de alumnos y profesores en actividades de este tipo, la directora Caico es ampliamente reconocida por su espíritu competitivo, que ha significado un cambio de mentalidad y disposición en los alumnos. Un liceo familiar y acogedor La relación entre los docentes se refleja también en la relación profesor-alumno, que tiende a ser de cercanía y confianza. Al vivir internos de domingo a viernes, los pro- fesores y funcionarios cumplen muchas veces los roles de padres y madres, atendiendo no solo al rendimiento académico de los estudiantes, sino también a sus problemas y necesidades más cotidianas.
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