El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Macarena Hernández, Fabián Guajardo 328 cambio en el perfil de sus estudiantes, lográndose retener a jóvenes que disponían de una buena base formativa. Esta fusión fue posible por la implementación de la JEC, que trajo consigo la reestructuración de los niveles de enseñanza y la adecuación de la infraestruc- tura necesaria para esa transición. Gracias a la reunificación se recuperó una cultura escolar potente, fuertemente an- clada a la historia y tradición del establecimiento, caracterizada por un alto compromiso docente, ética de trabajo y responsabilidad, que subyace como un motor y movilizador de los logros alcanzados. Ello se suma al reposicionamiento del prestigio que detentaba el colegio en la localidad en el período previo a la separación de los niveles de enseñanza. En segundo lugar, un factor clave está en el papel jugado por la dupla inicial de liderazgo de la institución en el período, quienes supieron gestionar el proceso de reuni- ficación. Aun cuando los estilos de gestión de carácter vertical y severos que caracterizan el período de fusión son vistos en retrospectiva como anacrónicos a la luz de las nuevas perspectivas del liderazgo escolar, el equipo directivo de la época contribuyó al asegura- miento de ciertas condiciones propicias para la labor docente –especialmente en cuanto a la normalización disciplinaria de la institución– y a la instalación de una organización del trabajo pedagógico, dirigida a la promoción del aprendizaje y la colaboración entre docentes, la articulación entre niveles y la especialización en los criterios de organización de la enseñanza. La reunificación del liceo logró conjugar la instalación de propósitos institucionales guiados por el equipo directivo, con el compromiso ético revitalizado de los docentes, un encuentro que resulta virtuoso para la apertura de un ciclo de mejora de la enseñanza media. En tercer lugar, el proceso de mejoramiento se vio potenciado por los cambios a nivel de las políticas nacionales –JEC, SEP y expansión de las oportunidades de finan- ciamiento para la educación superior– y por un conjunto de programas e incentivos a nivel local, que permitieron viabilizar mejoras en la disposición de recursos del centro. Por último, la trayectoria de mejoramiento no puede sino comprenderse en el marco de la implementación de prácticas selectivas en la gestión de la heterogeneidad de los estudiantes durante su carrera escolar, especialmente el sistema piramidal de organiza- ción de los cursos y niveles de la enseñanza media, que ha asegurado la rápida salida de quienes no responden a la exigencia y cultura del centro, y la consecuente permanencia de aquellos que exhiben los mejores resultados. La existencia de mecanismos en esta dirección opera como un aspecto clave del posicionamiento del colegio en un espacio intermedio dentro la educación pública comunal, entre la deteriorada oferta municipal tradicional ofrecida por los restantes centros de enseñanza secundaria y el nuevo liceo selectivo. Al respecto, se debe insistir en la posición que el Liceo Histórico ocupa en el mercado local de educación secundaria de la comuna. En un contexto marcado por el retroceso de la matrícula y de los resultados de aprendizaje de los liceos públicos y, por correlato, la expansión de la oferta privada, este establecimiento logra mantener una trayectoria que resiste este proceso y logra proteger una oferta municipal de prestigio y

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