El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
esfuerzos y contradicciones para mantener vigente la educación pública 313 apoderados. Su principal énfasis estuvo en la normalización del establecimiento, prio- rizando la restitución de la disciplina de los alumnos que venían del Liceo. Si bien la prioridad otorgada a esta última área obtuvo logros, éstos se alcanzaron por medio de un estilo de liderazgo autoritario y vertical, una «mano dura muy marcada» que infundía temor en los alumnos, y que velaba permanentemente por elementos como la presenta- ción personal de los estudiantes, sus modales y comportamiento. «Es que la señora directora era muy estricta. (…) Ella era de las que deshacía bastas, si uno estaba mascando chicle te ponía la mano, si estabas conversando ella se paraba al lado y te decía ‘cállate’. Y lo que sí es que no usaba micrófono, porque tenía el medio vozarrón, entonces cuando era necesario gritar, ella pegaba el grito y listo. Entonces había mucha disciplina, mucha» (exalumna). Pese a que, mirando en retrospectiva, su estilo severo suscita críticas de parte de algunos actores, se trató de una conducción que potenció rápidamente la mejora de la disciplina en la secundaria, posibilitando la mantención de un clima de trabajo ade- cuado para el despliegue de los procesos educativos. Además, la mejora de la disciplina corresponde a un elemento que fortaleció la imagen de la enseñanza media del liceo, distinguiéndolo de los liceos municipales del entorno, que son negativamente evaluados en esta dimensión. Mientras tanto, el liderazgo pedagógico recaía en la jefa técnica, quien permaneció en el cargo por muchos años hasta su jubilación en 2015. Ante la rotación de directores, ella se convirtió en un bastión sin el cual, como estima una exalumna, «ahí sí que se caía todo». La «crisis institucional» La salida de la directora inaugura la llamada crisis institucional , que atravesó el centro entre 2008 y 2014, marcada por la rotación de tres directores, que salieron anticipada- mente del cargo por decisión de la Municipalidad. En opinión de los profesores, la situa- ción se debió al descuido en los procesos de selección por parte de la autoridad comunal. Se trataba –declaran– de directivos sin experiencia en el sector municipal o con estilos de gestión verticales y poco dialogantes, que fueron resistidos por el cuerpo docente. Por otra parte, desde el punto de vista de la Municipalidad, las razones para el prematuro recambio tendrían que ver con un bajo cumplimiento de las metas de gestión y la fuerte resistencia de parte de la comunidad educativa –particularmente de los profesores– a los directores elegidos. El liderazgo directivo –con la excepción de la primera directora– no es reconocido por la comunidad como un insumo importante en los procesos de mejoramiento ex- perimentados. Muy por el contrario, los actores lo ven como un obstáculo, debido a la falta de consistencia en los lineamientos de la gestión. Pese a todo, tanto docentes como
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