El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
el valor de la comunidad 263 «Aquí los alumnos aún respetan al profesor, que yo creo que el 99% todavía ve al profesor como una autoridad, como a alguien que hay que respetar, como alguien que está por de- cirlo, de forma como escalonada, que está sobre los alumnos». La condición semirrural de la comuna, sin los problemas sociales de las ciudades más grandes, explicaría, de acuerdo a los docentes, la ausencia de cierto tipo de conduc- tas o de sociabilidad negativa también en el propio establecimiento: «Esta es como una familia, como que ‘Hola, tía, ¿cómo ha estado? Hola, chao’, pero no es como en los otros liceos, que uno ve una frialdad, el profesor allá y los niños acá. Acá no» (profesor). Esta relación no es resultado de la imposición rigurosa de los marcos normativos entre ambos estamentos. Por el contrario, los docentes resaltan su cercanía con los estu- diantes, describiendo distintos espacios de interacción y comunicación con independen- cia de lo que ocurre en el aula: «Aquí uno ve profesores en los recreos conversando con los chiquillos, después de clase, después pueden compartir un baby fútbol, en los entrenamientos deportivos, en los talleres, el taca-taca, tenis de mesa de repente se ve al inspector». «O para el día del alumno también, los profesores también participan bastante, yo creo que eso es como una de las cosas que más nos destaca, que la relación que hay es muy cercana con los alumnos» (profesor). Muchos de los relatos de los docentes muestran que el espacio social de procedencia de estudiantes y docentes es, en muchos casos, el mismo: «Una ventaja es que aquí nos conocemos mucho, entre familia, vecinos, amigos, entonces el ambiente es muy cercano, uno se los topa en la calle cuando va a comprar» (profesora). En ese sentido, la frontera que deslinda el espacio escolar de la comunidad se torna difusa, lo que en general es valorado por los docentes, y explica, desde su perspectiva, la confianza y cercanía entre los actores del establecimiento. «Porque de una u otra forma su familia nos conoce, o nosotros los conocemos a ellos en- tonces. Entonces: ¿Le voy a hacer clase a una persona desconocida o el profe es extraño? No, sino que es acercarse a alguien que ya conocen desde antes y que ven en todas partes. O sea, se van a encontrar con ellos en el supermercado, en el hospital. En todas partes se encuentran con un profe, entonces ya no es un ente, así como superior, sino que es alguien tal como ellos» (profesora) Como sostiene el jefe de UTP, quien antes trabajó en el DAEM, «un criterio que ha estado primando en estos años es nutrirse de hijos de esta tierra, idealmente exalumnos de acá». La mayoría de los profesores viene, efectivamente, de la propia comuna y mu- chos de ellos estudiaron además en el mismo establecimiento. Ocurre algo similar entre los profesionales de apoyo a la labor docente, quienes buscan realizar sus prácticas profe- sionales en el liceo para luego continuar trabajando allí o en otras escuelas de Hualañé.
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