El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Paulina Contreras, Eduardo Santa Cruz, Fernanda del Pozo 262 «Lo que nosotros proponemos en este minuto, nada más, es un trabajo colaborativo, par- ticipativo y articulado (…) no queremos hacer una sobreintervención, porque acá el liceo también está intervenido por el Ministerio de Educación, ¿no cierto? Porque tampoco quie- ro generar mucha demanda dentro de las escuelas, que permiten sacarlo de su foco y bajar los buenos resultados que hay, pero sí me interesa que ellos sientan que nosotros estamos apoyando la gestión de ellos con herramientas y haciendo feedback reales, no siendo auto- complacientes. Queremos hacer observaciones de acompañamiento, de retroalimentar lo que nosotros observamos, pero como sugerencia, no como imposiciones» (jefe DAEM). En virtud de lo anterior, ha utilizado herramientas de la política educativa, como los planes de mejoramiento, los cuales retroalimenta en reuniones que tienen lugar más o menos una vez al mes. Además, se propone establecer metas en el marco de la rendición de cuentas, que sirvan como indicadores de calidad más allá del Simce. El DAEM espera incorporar así sentidos compartidos en torno a objetivos comunes, que le permitan tener mayor incidencia en lo que sucede en las escuelas. Desde la óptica de los actores escolares, existe una tensión entre los intentos del sostenedor de ejercer un relativo control sobre lo que ocurre en sus establecimientos y lo que consideran las mejores condiciones para su trabajo profesional: «Está bien que ellos puedan opinar, puedan sugerir, pero imponer yo creo que no le corres- ponde [estando] tan lejos, yo creo que se debería como solucionar más acá, y así también el director podría cumplir bien su función y trabajar de forma como agradable, autónoma» (profesora). «Es más cómodo, sin tanta presión de otros lados, porque uno no puede rendir bien si lo presionan de otro lado, y otro lado que ni siquiera maneja la parte educacional» (profesor). Compromiso docente con la comunidad escolar La implementación del Proyecto Montegrande es también vista como un momento de transformación en las relaciones interpersonales entre los adultos y los estudiantes del Liceo Hualañé, sobre todo por el reconocimiento que desde entonces se da al protago- nismo de los jóvenes en el quehacer escolar. Esto pasó a ser un sello característico de la institución. En la actualidad, los estudiantes dicen de sus docentes que son «tela», «buena onda» y que tienen buena voluntad. Algunos son descritos como preocupados y con buena dis- posición para conversar, especialmente los más jóvenes. Los profesores a su vez refieren una convivencia armoniosa en el establecimiento, marcada por el respeto y la conside- ración. De acuerdo con una docente, los profesores «todavía» son valorados, conservan legitimidad entre sus alumnos y sus familias: «Aquí la fortaleza de los aprendizajes a nivel comunal, son los vínculos que se establecen entre profesor y estudiante». Otra profesora añade:
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