El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
250 Mariana Contreras, Cristián Bellei dinámica de estudio y trabajo. Los elevados logros han supuesto un esfuerzo adicional para todos, que solo se hace más llevadero dada la motivación generada por el proyecto. Un último ejemplo es la ambigua relación con los jóvenes, especialmente los de cursos mayores. Hemos destacado el inmenso protagonismo de los estudiantes en el funciona- miento del liceo, incluyendo la apertura a sus propuestas y peticiones; sin embargo, esto convive con una relación menos receptiva a las expresiones propias de la cultura juvenil, como la diversidad estética, o a los cambios socioculturales en curso, como la diversidad de género 1 . El análisis de la evolución del establecimiento también plantea preguntas sobre su situación y proyecciones. Por ejemplo, si bien nuestro estudio no permite una evalua- ción de impacto del método de agrupaciones flexibles, no está claro en qué medida logra efectivamente cerrar las brechas de aprendizaje. Tampoco puede asegurarse que no se produzca ninguno de los efectos no deseados de este tipo de prácticas, como el desapro- vechamiento del influjo positivo de los compañeros, o la estigmatización o reducción de expectativas hacia los grupos menos aventajados. Un segundo ejemplo es que buena parte del cambio del liceo ha estado asociado a la dinámica de «crecimiento» en múltiples sentidos: matrícula, plantilla docente, especiali- dades, talleres, espacios y tiempos. El liceo ha estado menos concentrado en consolidar los avances, y las nuevas ideas han consistido usualmente en introducir algo adicional. Esta innovación por agregación tiene sus límites y es probable que en el futuro el liceo se vea enfrentado cada vez más a la necesidad de mejorar lo que ya hace, lo que obliga a ob- servar y evaluar con más profundidad sus actuales prácticas. Por último, aunque hemos destacado el grado de institucionalización de este proceso y el fuerte profesionalismo docente, el liceo no ha enfrentado aún el momento crítico de la sucesión del liderazgo directivo, desafío clave para su sustentabilidad en el largo plazo. Visto en perspectiva, el estudio del Liceo San Nicolás permite iluminar asuntos edu- cacionales de más largo aliento, tanto para Chile como para el debate internacional, los que acá solo enunciamos. Lo primero es la insuficiencia de la tradicional segmentación curricular del nivel secundario entre los canales preuniversitario y prelaboral. La bús- queda de una educación al mismo tiempo más comprehensiva, pero que luego deriva en una diversidad mucho más rica de opciones de especialización, ha dado en San Nicolás un nuevo significado al rótulo de «polivalente», reemplazando el blanco/negro por un paisaje multicolor. En relación con lo anterior está la cuestión de la obligatoriedad curricular y las posibilidades de elección de los estudiantes: el efecto motivacional de estudiar lo que se prefiere es evidente, pero supone la capacidad institucional de ofrecer alternativas inte- resantes y de calidad, procesos previos de educación compensatoria que aseguren que las 1 Es interesante mencionar un proceso reciente de mayor apertura en estas materias: a partir del año 2019, por consenso del Centro de Alumnos, Centro de Padres y demás actores, los estudiantes ya no están obligados a usar el corte pelo estudiante, no tienen que usar la cotona y hay flexibilidad en cuanto a uso de accesorios juveniles.
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