El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
224 Mariana Contreras, Cristián Bellei En el mismo período el Mineduc incluyó al establecimiento en el programa de Liceos Prioritarios, lo que trajo consigo la asesoría institucional y pedagógica de la Uni- versidad del Biobío durante tres años. Este apoyo fue de gran utilidad para la generación de reglamentos y manuales que permitieron poner en práctica los proyectos de reestruc- turación que para entonces barajaba el equipo directivo. El trabajo con la universidad no fue un hecho aislado para el liceo, sino que marcó el inicio de múltiples relaciones de colaboración con instituciones de educación superior. S egunda reestructuración curricular (2008-2010): la creación de los cimientos del proyecto actual Si hasta 2007 el liceo funcionaba como cualquiera de su tipo en el país, a contar de 2008 se diferencia al implementar una serie de cambios curriculares que sientan las bases de su modelo actual. Así como el área TP –que en 2008 consolida la oferta actual de especialidades, con la carrera de Productos de la Madera, hoy Muebles y Terminaciones en Madera– contaba con sus propios módulos de contextualización, en el área HC los profesores de Historia y Ciencias Sociales, y Ciencias Naturales propusieron nuevos programas de estudios que incluían contenidos no contemplados en el currículo oficial, o reformularon los vigen- tes. En adelante, el liceo revisará y adaptará permanentemente sus programas según sus requerimientos formativos, aprovechando las horas de formación diferenciada y de libre disposición. Por otro lado, se introduce una pauta de evaluación actitudinal, que representa un 20% de la nota semestral de cada asignatura. Este instrumento, además de equiparar la importancia de las áreas formativas y académicas, contribuye a mejorar el clima de aula y al desarrollo de habilidades blandas en los estudiantes del área TP. Asimismo, un nuevo plan de enseñanza de la música reemplaza desde 1° medio el modelo habitual de clases comunes, por clases especializadas que permiten identificar y potenciar los intereses y talentos de los estudiantes. La primera clase especializada fue la de orquesta, luego, en la medida en que el liceo estuvo en condiciones de contratar más especialistas, se sumaron coro, folclor y danza. Las horas de música aumentaron de dos a tres para I y 2° medio. Los alumnos que no desean especializarse se mantienen en una clase común, al igual que los 7° y 8° básico, que después de dos años de formación musical general pueden escoger. «Partió, por el objetivo que don Víctor quería por un lado desarrollar a nivel intelectual a los chiquillos, o sea sus conocimientos, que fueran más integrales. El sabía de los estudios de neurociencia que muestran la importancia de la música para el desarrollo del cerebro y veía que la parte musical iba a potenciar transversalmente e iba a servir para todas las áreas del conocimiento» (profesor). Junto al sello artístico, el equipo directivo decide convertir el liceo en plurilin- güe. De hecho, además de inglés, se continuó impartiendo francés a pesar de que la
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