El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

220 Mariana Contreras, Cristián Bellei múltiples oportunidades de formación a sus estudiantes. A continuación, explicamos las bases que sustentan esta trayectoria. San Nicolás es una pequeña comuna de la provincia de Punilla, ubicada al norte de Chillán y al oeste de la Ruta 5 sur. Es la puerta norte del Valle del Itata, zona de gran riqueza natural y de antiguas tradiciones campesinas. Según el Censo 2017, de las 11.603 personas que habitan sus treinta localidades, 2.404 residen en el pueblo de San Nicolás, su centro urbano. Entre las actividades económicas locales predomina la agri- cultura familiar y la producción –por temporadas– de frutos de exportación. Tal como sucede con la mayor parte de las comunas rurales de la región, San Nicolás ha sido afec- tada por el auge de la industria forestal, que desde hace más de veinte años amenaza las formas de vida asociadas al agro. La encuesta Casen 2015 ubica al 22% de su población en condiciones de pobreza multidimensional, mientras que, según el censo de 2017 la escolaridad promedio de los jefes de hogar es de solo ocho años. El alcalde, que gobierna la comuna desde 1996, ha puesto una atención especial al desarrollo y bienestar de la infancia. Aunque dentro de la oferta escolar priman las escuelas rurales uni, bi y tridocentes, con cursos multigrado que llegan hasta 6° básico, el 75% de la matrícula comunal se concentra en la Escuela Sergio Martín Álamos y en el Liceo Polivalente San Nicolás, ubicados ambos en el pueblo de San Nicolás, donde no hay oferta de educación privada. Al constituirse como liceo cabecera del pueblo, el San Nicolás cuenta con un enor- me capital social. La mayoría de sus vecinos son exalumnos, y muchos profesores y funcionarios han pasado por sus aulas. Así, quienes trabajan en el establecimiento son conscientes de cómo repercute su labor en el progreso de la comunidad local y se sienten apoyados y respetados por las familias, que mantienen un fuerte sentido de pertenencia y orgullo por el liceo. A pesar del crecimiento vertiginoso que ha experimentado, los im- portantes logros alcanzados en los últimos años fortalecen su base comunitaria. Mientras que en 2017 dos tercios de los estudiantes de 1° medio provenían de otras comunas, al menos la mitad correspondía a sectores rurales contiguos o pueblos similares, lo que en alguna medida le ha permitido mantener su identidad territorial. En el mismo año, la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) estimó que la vulnerabilidad so- cioeducativa afectaba a un 82% del alumnado del liceo. La historia de cómo un pequeño liceo de un pequeño pueblo llegó a convertirse en un establecimiento de vanguardia Los orígenes del Liceo San Nicolás se remontan a 1984, año en que la Escuela G-193 se convierte en el Liceo C-93, al abrir la modalidad de Educación Media Hu- manista-Científica (HC). Desde mediados de los noventa el liceo cuenta con régimen de internado y jornada vespertina para nivelación de estudios, y en 2001 incorporó el Programa de Integración Escolar (PIE) en enseñanza media. En 2003, ante la necesidad

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