El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Carmen Montecinos, Andrea Ceardi 210 gias de aprendizaje, ya que solo el 19% de los alumnos está de acuerdo en que el profesor los hace trabajar en pequeños grupos para que resuelvan problemas colaborativamente. Identidad, sentido de pertenencia y participación de los estudiantes Para los profesores «el alumno ama este colegio, se siente identificado (…), es del Va- lentín Letelier y se siente orgulloso». Este sentido de pertenencia es corroborado por los estudiantes: «Es que se crea un sentimiento de propiedad con el liceo, una identificación. Un valentiniano, es siempre un valentiniano. Siempre, donde estés». Los alumnos, además, declaran que no se cambiarían de establecimiento, señalando entre los motivos para quedarse, el grado de satisfacción que sienten con la formación que reciben y su prestigio académico: «La superación individual de cada uno. La mentalidad de emprendedor que tenemos por- que si, por ejemplo, me va mal en algo, ya la próxima tengo que esforzarme, y estudio y busco la forma de mejorarlo. (…) No tolerar el fracaso, no ser conformista. Sino que siem- pre buscar la excelencia» (entrevista grupal, estudiantes). El sentido de pertenencia se ve reforzado por los espacios de participación destina- dos a los alumnos. Las actividades extraprogramáticas tradicionales, como la banda de guerra y el deporte, son muy valoradas, e incluso no pocos estudiantes señalan haber elegido el colegio por su trayectoria en estos ámbitos, que representan también espacios de socialización para conocer a compañeros de otros cursos y niveles. Se han desarro- llado distintas iniciativas, como talleres de teatro, reciclaje, ecológico, voluntariado y participación de proyectos. Y también se destacan las olimpíadas en ámbitos curriculares (Física, Química, Matemática, Lenguaje). Existe un conducto regular para proponer a la dirección nuevas actividades o ta- lleres. Algunas actividades que no reúnen un quórum mínimo o no cuentan con los recursos necesarios, se descontinúan. En ocasiones la asistencia es limitada, ya que las actividades se realizan fuera del horario de clases, lo que afecta a quienes viven en áreas rurales. Otros estudiantes no participan porque están cansados después de la extensa jornada académica. Los espacios de comunicación y de toma de decisiones colectivas también son va- lorados por los alumnos, quienes se identifican como un liceo unido, que promueve la solidaridad. Por ejemplo, han organizando rifas u otras actividades para apoyar a compa- ñeros en situaciones difíciles o para financiar iniciativas de los estudiantes. En relación a la participación política de los jóvenes, estos refieren que las preocu- paciones de la generación actual son diferentes de quienes participaron activamente en las movilizaciones de 2006 y 2011. Dicha participación es asociada a la fuerza nacional del movimiento estudiantil que hoy se percibe debilitado: «El tema del movimiento pingüino era demasiado fuerte el año 2011. El año pasado, por ejemplo, no estaba con la misma fuerza el movimiento estudiantil como para apoyar a los profesores [moviliza-
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