El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Carmen Montecinos, Andrea Ceardi 202 noventa. A continuación analizamos cambios y continuidades en cómo en este liceo se ha gestionado la diversidad. Doble jornada, dos liceos Los docentes más antiguos recuerdan que en los años noventa el liceo era menos atractivo que los establecimientos de modalidad TP de la comuna: «Lo que no quedaba en politécnico venía para acá, entonces tuvimos muchos años donde acá el liceo era prácticamente lo que botó la ola». En ese escenario, el liceo ingresa al programa Liceo para Todos implementado por el Mineduc entre 2000 y 2006. Se puede decir que en dicho período el liceo cumplió con todos los objetivos del programa, ya que la tasa de aprobación creció de un 71,3% a un 88%; la tasa de reprobación cayó del 20% al 8,4%; y la deserción estudiantil bajó del 8,7% al 3,6%. Considerando las características de los estudiantes y buscando mantener una oferta educativa orientada al ingreso a la educación superior, durante esa época existían, en la práctica, dos liceos. Uno funcionaba en la jornada de la mañana con los alumnos de mejor rendimiento, y otro en la jornada vespertina atendía a los rezagados y a quienes presentaban conductas disruptivas: «Entonces había una jornada en la mañana que era como un liceo normal y la jornada de la tarde que era bastante, bastante, pero también habían logros con esos cursos. Yo creo que es la práctica del profesor» (entrevista, jefa de UTP). La adscripción al programa Liceo para Todos incide en un aumento del número de estudiantes «no tradicionales» e instala el imperativo de responder a sus necesidades de aprendizaje a través de acciones como la nivelación restitutiva. Aunque los docentes responsabilizan al programa mencionado, con su política de admisión universal, del cambio en la calidad de los estudiantes, en la realidad lo que muestran los datos es que este solo hizo visible la diversidad. «Habían alumnos de veintitrés años, veinticuatro años en cuarto medio. Muchos de ellos con procesos en el SENAME, entonces era muy complicado. Fue un cambio radical en realidad» (entrevista grupal docentes 2). Si bien los puntajes Simce mejoran a partir de 2004, es decir antes de la aplicación de la JEC, en el imaginario de los docentes el mejoramiento progresivo de estos resultados se asocia a la política mencionada. En la siguiente cita se refuerza la creencia de un grupo importante de docentes de que la selección de estudiantes es una clave del éxito del liceo: «Usted ve la escala de progresión en cuanto al Simce, año a año se fue mejorando, mejo- rando y fue porque a lo mejor fueron aumentando la cantidad de cursos que se llamaban selectivos (…) llegamos a un momento prácticamente estos últimos años donde casi todos los cursos tienen su grado de selectividad» (entrevista grupal, docentes).
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