El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Mejoramiento, excelencia académica y fin de la selección 181 educacional (Valenzuela, Juan Pablo; Bellei, Cristian; De los ríos, 2014). Así, se optó por incluir el mejor liceo de Los Ángeles en un sistema de admisión democrático e inclusivo, bajo el supuesto de que si ahí «se hacían las cosas bien», se podría afrontar adecuadamen- te este nuevo escenario sin perder la condición de excelencia: «Para nosotros, en su minuto representó y así lo vemos todavía, representó un pleno desafío, primero, estoy hablando desde la perspectiva del sostenedor, primero, representó la demo- cratización –si se quiere llamar así– de un establecimiento emblemático que en su minuto estaba restringido, no era para todos, esa es la verdad –puede sonar como muy extraño si ustedes lo quieren pero estoy tratando de ser lo más objetivo posible–, y ahora no lo es, bajo esa premisa, siempre hemos estimado que este liceo hoy día está enfrentado a una prueba de fuego, las estructuras instaladas al interior del establecimiento en lo que es, en términos pedagógicos, el tema del ordenamiento del proceso educativo más aquellos mejoramientos de orden estructural que se hicieron respecto a horarios de profesores, respecto a la estruc- turación interna de todo lo que se está haciendo, ¿eran la real fortaleza del establecimiento, o el gran proceso de selección que se hacía con los estudiantes era, digamos, la llave?» (sos- tenedor). El cambio drástico desde un sistema selectivo por cuotas a un sistema aleatorio que da preferencia a alumnos prioritarios impactó fuertemente a la institución y arrastró el desacuerdo de profesores, directivos, apoderados y alumnos. De hecho, hubo movili- zaciones estudiantiles y de apoderados pidiendo mantener el sistema de admisión por selección académica. «Nosotros estábamos en contra de la Ley de Inclusión en el sentido de que se nos eliminó la prueba» (estudiantes). «O sea es que yo recuerdo que fue un año que se quería, iba a empezar a ser ese plan sin prueba de admisión y ese año querían tomar el liceo como conejillo de Indias para hacerlo sin prueba de admisión, yo me acuerdo que ese año tuvimos varias movilizaciones y se su- ponía que el liceo iba a mantenerse con prueba de admisión lo que no pasó, no respetaron el acuerdo al que se llegó, se eliminó con las pruebas de admisión y se empezó con el sistema» (estudiantes). En general, los alumnos mostraron un férreo rechazo al sistema de ingreso aleatorio, sobre todo al mecanismo de la tómbola. Para ellos la selección tenía un valor simbólico en la medida en que la alta exigencia académica les hacía sentirse parte de un grupo selecto, de una suerte de élite, otorgándoles un sentido de pertenencia y distinción. Con la selección de alumnos se acaba también un sistema valóricamente justificado, asociado a la meritocracia, un componente central en la conformación de la identidad de los liceos emblemáticos y establecimientos de excelencia (María Luísa Quaresma & Zamorano, 2016). Para los profesores, por otra parte, la selección aleatoria aparece como una situación arbitraria e injusta, porque –aseguran– impide que los alumnos realmente interesados en estudiar, puedan destacarse. Consideran entonces que, pese a que el fin de la selección apunta a acabar con la discriminación social del sistema escolar, la medida
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