El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

178 Loreto de la Fuente, Rocío Díaz «Se instaló un sistema de evaluaciones dentro de la hora de clases, un test, una pregunta o una forma de cuantificar cuánto estaban aprendiendo porque en definitiva nosotros como profesores de aula lo que más nos cuesta visualizar es quiénes aprenden y quiénes no apren- den, como a que en la prueba ya es muy tarde, entonces cómo tú pesquisas que el alumno en el aula, en la hora de clases aprende o no aprende, esa es la clave, y ahí se instalaron varios sistemas, por ejemplo hay algunos profesores que toman un test de entrada, hay otros que no, que se enfocan en los test de salida» (jefa de UTP). Al mismo tiempo se fue instalando también la práctica de retroalimentar colectiva e individualmente a los estudiantes tras las evaluaciones. «Tomamos las evaluaciones y vamos viendo cuáles son los errores más frecuentes (…) se les devuelve el instrumento de evaluación al estudiante y se habla por ejemplo, yo cómo lo hago, veo en cuál pregunta hubo más error por parte de los estudiantes, entonces pregunto ‘¿pero se entendió la pregunta?’ o, ‘¿qué fue lo que pasó primero, no entendimos los conte- nidos, no entendimos la pregunta, no nos alcanzó el tiempo?’ Se trabaja con todo el curso, y ahí los estudiantes van viendo como los errores que fueron viendo, entonces la idea es clarificar el error, más que conocer la alternativa correcta» (Departamento de Matemática). Junto con la evaluación, el nuevo modelo pedagógico puso énfasis en la planifica- ción sistemática, práctica que con el tiempo también ha terminado volviéndose regular en el liceo. Los profesores refieren que en los primeros años del proyecto se trabajó arduamente en generar planificaciones por nivel –que antes existían, pero no con el nivel de sistematicidad de hoy–, que después podrían ser reutilizadas con adaptaciones de acuerdo a la necesidad de cada profesor. Se fue formando entonces un archivo de planificaciones y evaluaciones por nivel, al cual hoy los profesores pueden recurrir para preparar sus clases. «Eso es lo otro que hubo que instalar en ellos ah, que al trabajar todos colaborativamente nos íbamos a empezar a cansar menos, ‘por ejemplo –les dije yo–, yo no tengo miedo en que mis planificaciones se hereden para el próximo año, si son base o sea, se ha trabajado, se ha construido, se puede quedar, pero yo, el nuevo profesor que la tome verá qué le modifica, qué hacer, yo no tengo miedo en eso, nunca he tenido temor y tampoco –les dije yo– en que se vayan guardando las buenas pruebas’, nosotros tenemos algunos archivadores donde los profesores revisan… qué material del año anterior quieren reutilizar, se vuelve a timbrar y se puede ocupar, ellos de a poco se fueron acostumbrando a que era necesario hacer bases de datos, no solamente virtuales en archivo sino que físicas» (jefa de UTP). La nueva modalidad de trabajo pedagógico también fortaleció el trabajo por depar- tamento que, si bien antes ya existía, con el programa se institucionalizó y se transformó en una instancia efectiva de planificación. En este espacio se abordan temáticas como el monitoreo de avances por unidad y nivel, la programación de pruebas ministeriales, los acuerdos sobre estrategias pedagógicas transversales (por ejemplo, actividades para la comprensión lectora en todas las clases en el sector de Lenguaje), los lineamientos pro- venientes desde UTP, los proyectos articulados (revisión del PEI, semana artística, etc.) y

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=