El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
Mejoramiento, excelencia académica y fin de la selección 173 en un 35,8% y la cantidad de cursos, de 32 a 38 (Departamento Comunal de Educación de Los Ángeles, 2010). La implementación del programa tuvo lugar de manera progresiva, partiendo desde 7° básico y aumentando un nivel cada año, de manera que durante los primeros cinco años, en el liceo convivieron estudiantes beneficiados y otros no incluidos. Estos últimos correspondían a los niveles que continuaron con el proyecto educativo anterior, y se en- tendían como beneficiarios indirectos del programa. Esta diferenciación no está vigente en la actualidad, ya que en 2016 egresó la primera generación «bicentenario». En 2012 ingresó la última cohorte de liceos al programa a nivel nacional y en 2014 la iniciativa dejó de recibir apoyo especial desde el Ministerio de Educación. No obstante, el Liceo Los Ángeles continuó desarrollando el proyecto pedagógico propuesto e incluso sigue hasta hoy aplicando las evaluaciones ministeriales, aunque ahora de ma- nera autónoma. La implementación del programa produjo variados cambios, la mayoría de los cuales fue bien recibida por la comunidad escolar. Otros, como se verá más adelante, generaron resistencia y desaprobación. Sin embargo, hay acuerdo en que, junto con la ampliación de la matrícula, las medidas tomadas propiciaron el mejoramiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje y, por ende, de los resultados académicos. Entre los principales cambios destacan los siguientes: Apertura de admisión a estudiantes de comunas aledañas Dado que este sería el único liceo bicentenario de la provincia del Biobío, se definió un proceso formal de admisión por cuotas, que estableció un 50% de matrícula para alumnos de escuelas municipales de Los Ángeles; un 30% para estudiantes de escue- las municipales de las comunas restantes de la provincia; y un 20% para alumnos de colegios particulares de la provincia (15% para colegios particulares subvencionados y 5% para colegios privados). En cada subgrupo se exigía a los postulantes contar con un promedio sobresaliente dentro de sus grupos de referencia. Adicionalmente, se estableció que en cada subgrupo «a lo menos el 40% de los alumnos seleccionados deberán perte- necer al tercio más vulnerable de las familias» (Departamento Comunal de Educación de Los Ángeles, 2010) 4 . El proceso de selección se basaba en la toma de un examen de admisión, la pre- sentación de las calificaciones obtenidas en la enseñanza básica, una caracterización so- cioeconómica y una carta de compromiso de los padres 5 . Este sistema era diferente al 4 A nivel gubernamental, en su origen el programa no definió lineamientos relacionados con procesos de admisión y selección de alumnos por parte de los liceos, pero sí incluyó una orientación que indica que los liceos deben “incentivar la postulación de estudiantes vulnerables”. De esta manera, los liceos podían implementar las medidas de selección que estimasen convenien- tes, cuidando de no dejar fuera a estudiantes de escasos recursos económicos. De acuerdo al estudio de la Universidad Católica, la mayoría de los liceos bicentenario llevó a cabo “procesos de admisión exigentes y con un foco académico”, y solo unos pocos incluyeron el criterio de vulnerabilidad en los procesos de admisión (Carrasco et al., 2014). 5 Este proceso rigió hasta antes de la implementación de la Ley de Inclusión en 2015.
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