El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Mejoramiento, excelencia académica y fin de la selección 167 ral. Junto a él funcionaba el internado –que luego ocupó el mismo edificio del liceo antiguo–, donde residían durante la semana los alumnos que provenían de localidades alejadas del centro urbano de Los Ángeles, o incluso de comunas aledañas. Actualmente, debido a la mejor conectividad de las zonas rurales con el centro de Los Ángeles, el in- ternado ha dejado de ser una necesidad. El liceo ha sido testigo de grandes transformaciones socioculturales, geográficas y políticas, ha visto cambiar su entorno y ha sufrido modificaciones en diversos ámbitos: infraestructura, composición del alumnado y proyecto educativo, entre otros. Incluso su emblema ha sufrido modificaciones. Los múltiples trofeos de distintas épocas que se exhiben en las galerías de acceso al liceo y las distintas insignias en mosaico dispuestas en el frontis del edificio dan fe de la extensa trayectoria del liceo. De acuerdo al relato de los entrevistados, pese a todos estos cambios, la institución ha mantenido intactos su calidad y prestigio, cuestión que se debería a la calidad de los docentes, al interés de las familias y de los estudiantes, y al compromiso de toda la co- munidad escolar con la excelencia académica. Tanto en sus documentos institucionales como en las entrevistas, se insiste en que por el establecimiento han pasado numerosas personalidades destacadas del mundo profesional y cultural, a nivel de comuna, región y país. Muchos alumnos son hijos y nietos de exalumnos, y más de un profesor cursó su enseñanza media allí. De esta manera, la comunidad escolar comparte el sentimiento de ser herederos de un sello de excelencia académica y prestigio. Para ellos, en el liceo «las cosas siempre han ido igual». Este discurso, que se repite entre distintos actores, se basa en los resultados históricos, la impronta del liceo y otras percepciones que, dentro del contexto comunal, lo sitúan como el más reconocido dentro de la comuna y la provincia. «Yo creo que se ha mantenido, la política lo ha mantenido, no porque haya cambiado el director, pero se ha mantenido, hay un espíritu que es distinto a cualquier colegio, si este colegio está arraigado a la sociedad, en la comunidad, tiene un espíritu distinto, el alumno que llega sabe a qué viene acá» (profesor antiguo). Este prestigio explica la alta demanda por matrícula del liceo, a diferencia de otros establecimientos de la comuna, los cuales mostrarían, de acuerdo al sostenedor, una ten- dencia a la baja. Al observar la variación de la matrícula en un período de diez años (más o menos estable en un rango entre 1300 y 1500 alumnos), cabe destacar que en 2011 el liceo amplió su capacidad con la incorporación paulatina de los niveles de 7º y 8º básico (el primer año se incorpora 7º y el siguiente 8º), cuestión que se refleja en un alza anual de diez puntos en la matrícula total de 2011 y 2012, respectivamente. La tendencia al alza se mantiene y llega a su punto más alto en 2014. En los dos años siguientes se expe- rimenta una baja en aproximadamente 70 alumnos cada año. El análisis de los resultados en la prueba Simce y en la Prueba de Selección Univer- sitaria (PSU) desde la década de 2000, permite confirmar la trayectoria de excelencia académica que los actores reclaman. Los puntajes en la prueba Simce de 2° medio dan cuenta, en primer lugar, de que los resultados del liceo efectivamente son altos (llegando

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