El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
perfiles institucionales en enseñanza media 147 El trabajo en comunidades pequeñas además ha hecho muy cercana la relación con el nivel básico. Uno de los liceos es de hecho un establecimiento completo; pero en los otros dos, el liceo se siente cerca de las escuelas, porque hay coordinaciones, trabajo conjunto, información, o incluso personal compartido. Hay cierta estabilidad en el tipo de alumnos que reciben y esto a veces es refinado con trabajo o coordinaciones con las escuelas. Así, para estos liceos, los alumnos que llegarán no les son extraños, por cuanto conocen a sus comunidades y conocen las escuelas en las que se están formando. El hecho de pertenecer a pequeñas comunidades, algo aisladas de los grandes cen- tros urbanos, les ha hecho reforzar su trabajo con redes externas, ya sea para salir de su relativo aislamiento, o sobre todo para promover oportunidades para sus estudiantes. Esto implica desde un trabajo cercano con otras instituciones públicas, sociales y comu- nitarias, hasta contacto con universidades, instituciones culturales y empresas externas. Por ejemplo, el liceo de Hualañé ha participado desde hace años en el sistema de ingreso prioritario de la Universidad de Chile, y se incorporó desde un inicio al programa PACE. Un último aspecto directamente vinculado con ser «el» liceo de la comunidad es que se trata de instituciones que no son selectivas y acogen al conjunto de estudiantes de sus zonas, por lo que contienen una gran heterogeneidad de estudiantes, especialmente en lo referido a composición social y desempeños académicos, pero también a motiva- ciones e intereses. Los tres liceos han debido hacer frente al desafío de trabajar con un alumnado diverso. Así, al mismo tiempo que tienen preuniversitarios, tienen programas PIE u otros de reforzamiento para alumnos con muy bajo desempeño o problemas de aprendizajes; junto con preparar para ingresar a la universidad, dos de ellos ofrecen for- mación técnica para el trabajo (uno de manera formal, el otro informalmente). También las academias y talleres de libre elección son un espacio para acoger esta diversidad, que incluye disciplinas artísticas, deportivas, científicas y humanistas; algunas muy enfocadas a la competencia deportiva y otras, a anticipar una experiencia universitaria. El agrupa- miento interno de los estudiantes por desempeño –aunque aplicado de manera flexible y dinámica– solo está presente en el caso de San Nicolás. Compromiso profesional e institucional para una formación comprehensiva Estos liceos tienen también en común una genuina preocupación por ofrecer una for- mación integral de calidad a sus estudiantes, aunque han avanzado de manera dispar en el empeño. Al menos dos de ellos han desarrollado planes de estudio propios, han creado cu- rrículum; ensayan pedagogías más activas; tienen aulas temáticas, academias y desarrollan una nutrida oferta de talleres ACLE para los estudiantes; además, el liceo de Hualañé hizo de la participación estudiantil su sello institucional. Ciertamente, todos también preparan a sus alumnos para las evaluaciones estandarizadas externas (SIMCE, PSU), pero no se advierte una obsesión o foco excesivo, menos exclusivo, sobre estas pruebas, ni menos un estrechamiento curricular producto de entrenarlas desmedidamente.
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