El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni 142 principalmente a través de una rica oferta de talleres dentro de la jornada escolar y acti- vidades extraprogramáticas, especialmente en las áreas deportivas, artísticas y culturales. Sin embargo, estas oportunidades no siempre son compatibles con un horario que privi- legia la elevada carga académica. Ambos liceos, también ponen énfasis en lograr un buen clima escolar al interior de los colegios y de cada aula, clima que es parte de su cultura, pero que ha debido reforzarse –como respuesta a sus procesos de masificación y menor selectividad– con prácticas regulares, entre las cuales sobresale el desarrollo de acciones preventivas, la formación para un buen trato, la resolución pacífica de conflictos con un foco mayor en lo formativo que en lo punitivo, el apoyo a relaciones respetuosas entre pares, el desarrollo de relaciones más cercanas y personales entre docentes y estudiantes, y el fortalecimiento del rol de los inspectores. Múltiples esfuerzos por mantener el prestigio de liceo público de excelencia El debilitamiento de la educación pública chilena también afectó a estos liceos en las décadas recientes, lo cual les obligó a desarrollar variados esfuerzos por mantener su histórico prestigio; incluso, uno de ellos participó a inicios de los 2000 en el programa Liceo Para Todos, focalizado en establecimientos de bajo desempeño y alto riesgo so- cioeducativo. Un cambio sustancial fue hacerse mixtos durante los 1990 e inicios de los 2000, lo cual mejoró significativamente el desempeño académico de su alumnado, según perciben en ambos liceos, probablemente en parte por atraer en mayor medida a estudiantes mujeres de alta motivación y logro. La incorporación a la Jornada Escolar Completa también fue relevante, mejorando la infraestructura escolar, concentrando el trabajo docente, y aumentando las oportunidades de talleres curriculares complementa- rios. Sin embargo, las desventajosas condiciones de la competencia frente al asedio de los establecimientos particulares subvencionados mantuvieron a estos liceos públicos en la incertidumbre y fragilidad para sostener su posición de liderazgo local. Esto explica la alta valoración del programa Liceos Bicentenario: ser la única política pública específicamente orientada a fortalecer la dimensión académica de un grupo re- ducido de liceos científico-humanista altamente competitivos. Con todo, este programa también tensionó la autonomía pedagógica y profesional de los docentes, al imponerles dispositivos estandarizados de evaluación, planificación del trabajo docente y rendición de cuentas. Por último, ambos liceos también se han visto tensionados por el eventual impacto negativo de la Ley de Inclusión, que busca terminar con la selección académica de los alumnos, mecanismo que algunos actores escolares consideran indispensable para el buen desarrollo del proyecto educativo institucional. En este sentido, los buenos resultados que se siguen observando en estos dos liceos entre los estudiantes de 2º medio, luego de eliminar o reducir la selección académica, re- fuerzan la idea de que éstos no se explican sólo por dicha selección, sino por procesos in- ternos de calidad. Así, los profesores tienen una alta expectativa de los logros que pueden conseguir sus estudiantes, quienes a su vez tienen un fuerte compromiso y motivación

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