El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

¿Qué explica el mejoramiento escolar observado en los liceos chilenos? 127 1. Involucramiento y compromiso de los estudiantes con sus liceos Algunos de los mayores desafíos que enfrentan los establecimientos de educación media es motivar, generar sentido de pertenencia y comprometer a los estudiantes con sus liceos y sus propias trayectorias educativas. A diferencia de lo que ocurre en educa- ción básica, donde es menos frecuente la oposición de los estudiantes a la cultura escolar, en enseñanza media los jóvenes tienen mayor autonomía y poder para decidir en qué medida creen y participan en los proyectos de sus establecimientos y, por cierto, el com- promiso de los alumnos es vital en educación. Debido al atractivo que suscitan los resultados académicos, las especialidades ofreci- das o las ventajas comparativas que estos liceos presentan dentro de sus espacios locales, como, por ejemplo, ser lugares seguros y ordenados en zonas urbano-populares u ofrecer internados en lugares de alta dispersión geográfica, en general, a los establecimientos de la muestra asiste una mayor proporción de alumnos interesados y con expectativas sobre sus liceos. Así, ya sea por autoselección individual o familiar o por la misma selectividad de los liceos al ingreso o durante el proceso escolar, se encuentran en estos una menor proporción de alumnos desenganchados con sus establecimientos. A excepción de los liceos TP de nivel socioeconómico bajo, como el Pablo Neruda o el People, y de algunos liceos de pequeñas comunidades, los alumnos y sus familias han sido muy activos en la elección del liceo y comúnmente, al ingresar, los jóvenes ya son conscientes de la posi- ción ventajosa que ocupan sus establecimientos en el mapa educativo y de las mayores oportunidades que se les abren a ellos estando ahí. Por tanto, muchos llegan con una alta motivación y sentido de responsabilidad. Por sobre esta condición de base y como resultado de la implementación de variadas estrategias y un trabajo sostenido en torno al compromiso, tanto con el liceo como con sus propias trayectorias, los establecimientos estudiados han logrado motivar a sus estu- diantes para que no deserten, asistan a clases y tomen responsabilidad por sus resultados. También, en gran medida, han logrado que los jóvenes desarrollen altas expectativas so- bre sus desempeños y sus trayectorias educativas o laborales futuras, aunque ciertamente estas siguen siendo contextuales y asociadas al tipo de formación HC o TP. Buena parte de los liceos estudiados han comprendido que cuando los jóvenes se sienten acogidos y escuchados aumenta su compromiso, identificación con el liceo y motivación por aprender. Así han enfatizado la preocupación y cuidado por el bienestar emocional y subjetivo de los alumnos, de forma que encontramos en ellos una alta cer- canía entre adultos y estudiantes, empatía e involucramiento afectivo de sus profesores, reconocimiento y abordaje de problemáticas y emociones juveniles por parte de los pro- fesores, directivos y otros profesionales. Estos aspectos se han vuelto tan preponderantes que, en casi todos los liceos (a excepción de los HC emblemáticos) se han integrado como estrategias permanentes, que forman parte de programas formativos mayores que involucran los planos de convivencia y bienestar sicosocial.

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