El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

124 Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni su antigüedad en el colegio y otro, que ordenaba a sus alumnos por habilidad lectora desde 1° básico, implementa un plan de reagrupamiento progresivo de sus cursos, inten- cionando que exista diversidad académica y conductual. Por cierto, esto no obsta que, en el ciclo de formación diferenciada, los cursos tiendan en la práctica a jerarquizarse según el desempeño previo de los estudiantes basado en las diferencias de prestigio entre cursos científicos, humanistas y especialidades técnicas. Fuera de estas prácticas de ordenación, curricularmente estos liceos también han im- plementado cambios para responder de mejor modo a su creciente diversidad de alum- nos. Un aspecto clave que algunos han identificado es la nivelación de conocimientos y habilidades de lecto escritura y matemática propias de la enseñanza básica, indispensable para alcanzar resultados en media. Así, por ejemplo, el históricamente selectivo liceo de Los Ángeles, ante la imposibilidad de seleccionar a sus alumnos, incluye desde 2015 contenidos de básica en los programas de sus cursos iniciales, a lo que se suma un trabajo explícito de formación de hábitos de estudio y de comportamiento dentro del aula, algo inédito para profesores acostumbrados a tratar con alumnos de alto desempeño y moti- vación al aprendizaje. El Liceo Valentín Letelier, además de dar continuidad al programa de nivelación restitutiva de saberes para sus cursos de más bajo rendimiento, implemen- tado en el marco del programa Liceo Para Todos durante los dos mil, ha sumado horas JEC de nivelación en lenguaje y matemática para todos sus cursos de 7° y 8° básico. En el Liceo People Help People trabajan con una unidad 0, pensada en la nivelación de ha- bilidades de segundo ciclo básico y medidas similares se implementan en los liceos San Nicolás, Fenner y Pablo Neruda. A la nivelación de saberes se suma un trabajo específico de reforzamiento con es- tudiantes que aún se encuentran rezagados y que funciona tanto dentro como fuera de la jornada escolar, financiado fundamentalmente con recursos JEC y SEP. Depen- diendo del liceo, los cursos de reforzamiento pueden ser obligatorios y focalizados en ciertos alumnos, u optativos y abiertos. En el Liceo Canelo, por ejemplo, los estudiantes con bajo rendimiento en las asignaturas de matemática, lenguaje e inglés deben asistir obligatoriamente a reforzamientos que se realizan durante las horas de clases de artes y orientación y en las tardes. El Liceo San Nicolás también contempla durante las tardes reforzamientos obligatorio para algunos de sus alumnos, a los que voluntariamente se pueden sumar otros estudiantes que lo requieran. En cambio, en el Liceo Ricardo Fen- ner el reforzamiento para las asignaturas, tanto del plan general como de especialidades, es voluntario y cada curso cuenta con un horario asignado para ello, mientras el Pablo Neruda ofrece talleres optativos de reforzamiento fuera de la jornada escolar. Otra forma de abordar el trabajo con estudiantes de más dificultades es la incorpora- ción del Programa de Integración Escolar, PIE, presente en 7 de 12 liceos de la muestra y sólo ausente de los liceos emblemáticos bicentenario y algunos liceos TP, quienes ven di- ficultades en su incorporación por el riesgo asociado a las especialidades que ofrecen. El PIE se ha introducido en los liceos durante la última década y ha implicado un cambio

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=