El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
108 Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni A pesar de estas dificultades, como hemos dicho, la gran mayoría de estos liceos realiza una buena gestión de recursos humanos docentes. Esto se logra porque en general intentan ofrecer condiciones laborales satisfactorias, como una alta concentración hora- ria, tiempos para el trabajo no lectivo y un entorno institucional estimulante para tra- bajar, generalmente sustentado en la confianza sobre las capacidades docentes. El hecho de experimentar procesos de mejoramiento, cambio y obtener crecientemente mayores resultados, también constituye una motivación adicional para muchos profesores. Algu- nos liceos son además instituciones prestigiosas en sus comunidades, por lo que trabajar en ellos se convierte en una oportunidad de crecimiento profesional en sí misma. En los casos más desarrollados, los docentes proyectan buena parte de su carrera profesional en sus mismos liceos, ya sea como profesores de aula o asumiendo roles de coordinación, liderazgo entre pares o introduciendo innovaciones más allá de su trabajo regular, como veremos más adelante. A la consolidación de un cuerpo docente comparativamente estable se agrega la emergencia de un alto sentido de la responsabilidad y de eficacia profesional. En la mayoría de los casos los docentes manifiestan confianza en la calidad de su trabajo y en sus capacidades para enfrentar contextos laborales desafiantes, como lo son –aunque por razones distintas– todos los liceos estudiados. Esto es importante porque refleja una sintonía entre la autopercepción de los docentes sobre su eficacia y el tipo de demandas de los liceos en que trabajan. En otras palabras, observamos un acoplamiento entre las características de los docentes y el proyecto educativo de los liceos, expresado en un fuer- te compromiso e identificación con la institución en que laboran. Esta convergencia no es por azar; es producida por varios procesos sinérgicos. En primer lugar, en general, los liceos estudiados tienen identidades institucionales fuertes, marcadas, y –como mencionamos– constituyen lugares desafiantes para trabajar. Por ejemplo, algunos liceos están orientados al alto desempeño académico y producen climas internos altamente competitivos, que requieren docentes igualmente orientados al logro; otros se desempeñan en contextos sociales fuertemente desaventajados, ya sea por la pobreza, el aislamiento o ambos, y demandan de los docentes un fuerte sentido de misión; otros tienen especialidades técnicas con perfiles identitarios muy marcados, como los liceos agrícolas o mineros, que producen una cierta correspondencia organi- zacional con sus campos laborales. Más adelante profundizaremos en estos perfiles de identidad institucional de los liceos y su rol en los procesos de mejoramiento estudiados. Por ahora, la clave es advertir cómo éstos se expresan como demandas de compromiso profesional hacia los docentes. En segundo término, dado que los liceos son fuertemente visibles en sus comunidades, esta identidad institucional opera hacia los docentes como requisitos de selección, pero también como mecanismos de autoselección para trabajar en ellos; por cierto, nada de esto es automático y en muchos casos el paso del tiempo es necesario para «descubrir» la pertenencia a esta comunidad, de forma que «los que se quedan» tienden a reforzar la cultura institucional. Por último, estos liceos tienden
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=