El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?
106 Cristian Bellei, Mariana Contreras, Nicole Bustos, Loreto De La Fuente, Rocío Díaz, Juan Pablo Valenzuela, Xavier Vanni territorio. En varios casos, la sucesión fue una promoción interna de jefes de UTP, mien- tras en otros, el nuevo director trabajaba en establecimientos cercanos o pertenecientes al mismo sostenedor. Además de conocer los liceos previamente, los directores nuevos han logrado un balance entre las estrategias de cambio y permanencia, lo que ha permitido mantener una cierta continuidad y facilitar la maduración de los procesos de gestión y mejora. Contrariamente, en los pocos casos de la muestra en que ha existido rotación fre- cuente de directivos o han llegado nuevos directores con políticas transformadoras que no valoran ni consideran la cultura y formas de trabajo del establecimiento, rápidamente se han producido resistencias de parte de los actores de la comunidad escolar y junto a ellas, mayores dificultades para impulsar cambios, lo que ha repercutido negativamente en los procesos de mejora. En estos casos, han sido los docentes, generalmente organiza- dos en departamentos, quienes, aprovechando sus espacios de autonomía y sus capacida- des de gestión, han logrado dar estabilidad y continuidad a los proyectos, demostrando un alto nivel de compromiso con sus estudiantes, aunque ello no pareciera ser suficiente para detener un cierto deterioro de los logros previos. Finalmente, con respecto a los sostenedores, actor que en Chile da soporte institu- cional clave a la gestión escolar, lo que observamos en gran parte de los casos son enti- dades activas, intentando generar condiciones o facilitando el desarrollo de los procesos de mejoramiento. Pero esto no está exento de tensiones, las que son distintas según si el liceo es público o privado. En el caso de la educación municipal, en general, vemos que los procesos de mejo- ramiento son más bien impulsados internamente por los propios liceos, en especial en aquellos establecimientos de mayor tamaño y que han alcanzado mayor nivel de desarro- llo, dado que –de hecho– muchas veces sus capacidades exceden las de sus sostenedores. Una situación particular ocurre en los liceos municipales de pequeñas comunidades, donde la dirección del establecimiento y el sostenedor se encuentran muy compenetra- dos, debido a la cercanía geográfica y al tamaño reducido del sistema escolar: algunas veces los actuales sostenedores han sido directivos de los liceos o viceversa, los directivos han trabajado en los DAEM. Aunque en ocasiones esto ha generado tensiones respecto a la autonomía de los directivos y sus proyectos, en otras, ha sido un gran facilitador de la relación y las posibilidades de apoyo hacia los liceos. En el sector privado también fue posible identificar un contraste importante, según si los liceos son o no parte de una red mayor. En un extremo, el mismo equipo directivo es sostenedor del liceo, por lo que su autonomía es total, pero sus grandes desafíos son la generación de capacidades institucionales, la distribución del liderazgo al resto de la comunidad y la sustentabilidad del proyecto. En el otro, encontramos dos liceos que pertenecen a una red mayor con enormes capacidades institucionales, como es SNA Educa. Esta entidad asume un rol estratégico desarrollando orientaciones, impulsando procesos de mejora institucional, acompañando a los directores de los liceos, y prove-
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