El liceo en tiempos turbulentos: ¿Cómo ha cambiado la educación media chilena?

¿Qué explica el mejoramiento escolar observado en los liceos chilenos? 105 Si buena parte del trabajo de los directores está centrado en la consecución de redes de apoyo externas es porque en estos liceos, en general los equipos directivos son más grandes que en las escuelas básicas, y al interior de ellos existe una clara división de funciones que permite que los directores distribuyan el liderazgo y la gestión de las dife- rentes áreas del quehacer. Así, comúnmente los asuntos pedagógicos y curriculares están delegados en los jefes de UTP, coordinadores de áreas y jefes de departamentos. En tres cuartas partes de los liceos, fueron los jefes de UTP quienes lideraron e implementaron cambios en la gestión curricular y la introducción de nuevas estrategias o instrumentos pedagógicos. Mientras, los temas disciplinarios y de convivencia tienden a ser responsa- bilidad de los encargados de convivencia o equipos de inspectores. No obstante, la distribución del liderazgo dentro de los equipos directivos presenta un amplio rango que va entre aquellos más concentrados en la figura del director a otros muy distribuidos. Ello parece depender del tamaño, así como del nivel de desarrollo o complejidad de los procesos de mejoramiento del liceo. En general, a mayor tamaño y desarrollo institucional, los equipos directivos se amplían incorporando más profesio- nales en cada una de las áreas como encargados de asuntos estudiantiles, de bienestar y apoyo psicosocial, coordinadores de niveles o ciclos, entre otros; esto también permite que a través de la SEP y el PIE se creen estructuras institucionales más especializadas. En el siguiente apartado veremos que los diferentes grados de distribución del liderazgo también se vinculan con la manera en que trabajan los profesores, lo cual está en directa relación con los niveles de desarrollo e innovación que estos pueden alcanzar. Adicionalmente, en los liceos de más bajo desempeño, los directores también han centrado parte de su trabajo en el establecimiento de normas claras y estrictas que regu- len la disciplina y la convivencia entre estudiantes. En liceos de mayor desarrollo o en etapas más avanzadas del proceso de mejora, en cambio, los directivos han centrado sus esfuerzos principalmente en el mejoramiento de la gestión curricular y pedagógica, con la introducción de dispositivos de tecnificación de este trabajo, tales como la observación de aula y el monitoreo de la cobertura curricular y los logros de aprendizaje, así como también el desarrollo de espacios colectivos y una cultura de colaboración y reflexión docente. Las prácticas y procesos que hemos referido han sido posibles por la gran estabilidad que estos directivos han tenido en sus cargos, lo que contrasta fuertemente con la alta rotación de directores que se ha identificado en el sistema escolar chileno (Valenzuela et al., 2018). En concreto, en casi la mitad de los liceos estudiados, los directores y varios de los miembros de sus equipos llevan 10 o más años en sus cargos, lo que les ha permi- tido desarrollar, ajustar y darle continuidad y coherencia a los procesos y estrategias de mejoramiento impulsados. En casi todos los otros casos en que ha existido recambio de directores, los proce- sos de sucesión han sido fluidos y exitosos, generalmente porque los nuevos directores conocían bien el proyecto educativo, así como la cultura institucional de los liceos o del

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=