Voces de la salud rural: una reflexión antropológica acerca de los itinerarios terapéuticos de trabajadoras y trabajadores campesinos de Chimbarongo y Chépica
mismes— y acceder a un sistema de salud y a sus tratamientos. Es la falta de recursos económicos, la desigualdad y la falta de tiempo la que establece al trabajo como el centro del círculo vicioso que determina la cotidianidad de las temporeras y temporeros y, por tanto, sus itinerarios terapéuticos. Por otra parte, en las dos investigaciones la variable de género apareció como indispensable para comprender las decisiones que las y los trabajadores toman a la hora de gestionar su salud, siendo estas diferenciadas en los temporeros de género masculino y las temporeras de género femenino. Si bien, como ya se mencionó, en ambos casos una de las preocupaciones principales a la hora de enfermarse tiene que ver con la baja en la productividad laboral y cómo aquello afectará su ingreso económico, y, en consecuencia, el sostenimiento de sus familias; en el caso de los temporeros de género masculino estas preocupaciones suelen limitarse a esto. Sin embargo, a las mujeres se les suman las inquietudes relacionadas al trabajo doméstico, reproductivo y de cuidado atribuido a su género. Para las temporeras, enfermarse no solo significa un perjuicio económico, sino también un menor rendimiento (o incluso una imposibilidad de rendir) en la gestión del hogar; como es la limpieza, las comidas y el cuidado de niñes y personas mayores. Por su parte, cuando una persona se enferma y decide recurrir a sus redes familiares, son también las mujeres las que asumen el cuidado y acompañamiento, llevando a sus familiares a los centros de salud, preocupándose de que tomen sus medicamentos, de que sigan una dieta saludable, entre otras cosas. Por estas razones, cuando una enfermedad aqueja a una mujer, de ser posible, será ignorada, minimizada o escondida para poder seguir cumpliendo con aquellos roles asociados a lo femenino, siendo las responsabilidades laborales, familiares y domésticas posicionadas por sobre el autocuidado. En línea con lo anterior, la información recopilada apunta a que las decisiones a la hora de gestionar eventos de salud son tomadas teniendo en cuenta el rol y la posición social que la o el temporero cumple en su contexto específico. En este sentido, al conceptualizar la salud - enfermedad no solamente se contempla la experiencia individual de quien se enferma, sino también todo el escenario en que esa persona se inserta; apareciendo la experiencia individual relegada al contexto social - familiar en los testimonios brindados en las entrevistas. 97
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