Voces de la salud rural: una reflexión antropológica acerca de los itinerarios terapéuticos de trabajadoras y trabajadores campesinos de Chimbarongo y Chépica

Se puede apreciar que ella, además de cargar con su enfermedad y el trabajo, debe responsabilizarse de sus hermanos porque es “ la única mujer ”. Es como una tarea automáticamente asignada por ser mujer, no existe un consenso previo de quién puede acompañar e involucrarse, sino que simplemente la tarea recae en ella. Por otro lado, se pudo identificar que existen integrantes claves dentro de la familia que se involucran en los procesos de salud, enfermedad, atención y cuidados. Las experiencias pesquisadas son disímiles, en algunos casos intentan no involucrar a nadie, en otros solamente a su descendencia y/o parejas. La única constante que se presenta es que cuando se involucra la descendencia, son las hijas quienes asumen el rol de acompañar a sus madres y se vuelven una persona clave para apoyarlas. Si bien esto puede estar motivado por el afecto, se asocia nuevamente a los roles de género, en donde se espera que las mujeres se preocupen por los demás actuando como cuidadoras. En la siguiente cita se puede observar el mayor y menor involucramiento según el lazo familiar con la persona que tiene alguna dolencia o enfermedad: Por mi hija apoyo, mi mamá apoyo, mis hermanos no tanto porque con ellos no tenemos tanta como comunicación, vivimos juntos pero no tanta comunicación (...) mis hijos siempre apoyándome, y mi marido no sabía la cantidad de remedios que yo tomaba po ’, el otro día los vio y me dijo que le dio pena de verme . (Mujer, 57 años) Tanto en esta cita como en la anterior, las parejas no tienen un rol activo en los procesos de salud, enfermedad, atención y cuidados; más bien quedan al margen desconociendo la situación. Esto puede ir de la mano con las nociones y prejuicios que existen en torno a la enfermedad, en donde las mujeres prefieren omitir información con respecto a sus procesos debido a las percepciones socioculturales que existen de los malestares. Estas percepciones se ven cristalizadas en la reacción de la mujer de 57 años, quien sintió pena por ella al verla tomar una gran cantidad de pastillas. Además, se aprecia que existe una concepción distinta y un trato diferencial para las personas enfermas. Esto es paradójico, ya que, por lo general, las enfermedades no son rarezas ni 84 Experiencias, Percepciones y Prácticas Sobre los Procesos de Salud, Enfermedad y Atención a Partir de Itinerarios Terapéuticos de Temporeros y Temporeras de la Comuna de Chépica

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