Voces de la salud rural: una reflexión antropológica acerca de los itinerarios terapéuticos de trabajadoras y trabajadores campesinos de Chimbarongo y Chépica
soportar, porque me estaba causando un ardor intenso, y no pudieron atenderme en urgencia (...) El joven que me atendió me dice que tengo que esperar entre 5 a 8 horas para atenderme, porque además de que ellos estaban en paro. Y me dice que tengo que esperar entre 5 a 8 horas la atención... y le dije: “ Supiera usted lo que me duele, para mantenerme en pie o para caminar. Me duele la columna. ” Me dice; “ Pero no es grave. ” Fui dos veces, perdí el viaje, tuve que después, el fin de semana, el sábado, si no me equivoco, tuve que partir a Chimbarongo. (Mujer, 47 años) Como ella mencionó a lo largo de la entrevista, al tener diversas responsabilidades domésticas y de cuidado, dedicar tiempo a los múltiples trámites que requiere ser atendida en el sistema de salud resulta prácticamente imposible. Este aspecto subraya la necesidad de simplificar y agilizar los procedimientos administrativos, considerando las realidades cotidianas de las personas. La excesiva carga burocrática no sólo obstaculiza el acceso a la atención médica, sino que también afecta negativamente la calidad de vida de les individues al imponerles barreras adicionales en la gestión de su salud. Refiriéndose a otra ocasión, la misma mujer recalca: La doctora decía una pregunta. Y uno no tiene la oportunidad muchas veces de conversar las cosas. Yo no necesito críticas. Yo un día le dije, yo no necesito crítica, no necesito quejarme. No necesito que me diga ya supéralo. Yo necesito que me escu- che y me entienda por qué estoy así. (Mujer, 47 años) Se observa en las distintas citas presentadas a lo largo de este eje, y principalmente en este último testimonio, cómo les profesionales del sistema de salud suelen efectuar una separación del malestar de las personas de sus propias experiencias de vida. Taussig (1995) plantea esto como la reificación de la enfermedad por parte del modelo biomédico, que aliena a las personas de sus propios cuerpos. Así, las dolencias parecieran ser abordadas por sí solas, sin considerar que están adheridas a una persona que tiene que convivir, trabajar y cumplir roles familiares y laborales con un malestar, además de enfrentarse a la burocracia del sistema de salud, el cual no considera lo que todo este proceso significa para su vida personal y social. Estas experiencias ponen de manifiesto la necesidad de mejorar la calidad y el enfoque humanizado en la atención médica, reconociendo la importancia de tratar a cada paciente con respeto, empatía y dedicación, considerando cómo sus condiciones de vida afectan en las decisiones que toma en torno a sus malestares, y cómo el propio sistema de salud puede obstaculizar su tratamiento. 55 Voces de la Salud Rural: Una reflexión antropológica acerca de los itinerarios terapéuticos de trabajadoras y trabajadores campesinos de Chimbarongo y Chépica
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