Niños pintados: arte e historia
75 La adolescente aparece sentada, vestida de amarillo ocre, mira dulce y serenamente al espectador, destacando la rubi- cundez del rostro y el fondo sin detalles de tonos café oscu- ro. Este retrato de la primera época del pintor se caracteriza por la sencillez del dibujo y la apariencia simple y armoniosa del personaje. Según el historiador Antonio Romera en esta obra “los volúmenes se deshacen en una intencionalidad de coherencia entre el estilo figurativo y el tema que repre- senta. Es decir, un tema de ternura, unas formas esfuma- das y delicadas, de contornos suavizados”. Y sobre el estilo comenta que el rasgo más definitivo es la sensibilidad en equilibrio con el conocimiento, “puro, sensitivo y delica- do, pudo haber llevado su obra al dominio perdurable del neoimpresionismo”. La obra formaba parte de la colección del diplomático y calígrafo Julio Vásquez Cortez donada a la Pinacoteca de la Universidad de Concepción. Abelardo Bustamante Rodríguez nació en Santiago en 1888 y es conocido como Lalo Paschín Bustamante. Ade- más de pintor destacó como grabador y escultor. Discípu- lo de Juan Francisco González y de Fernando Álvarez de Sotomayor, perteneció a la llamada Generación del Trece, Generación del Centenario o Heroica Capitanía de Pinto- res junto a otros notables artistas. Recibió becas del gobier- no primero para ir a la Escuela de Bellas Artes de Madrid y luego a Francia en 1928. En su brillante trayectoria se destaca como uno de los fundadores de la Escuela de Artes Aplicadas de Chile donde fue profesor. En la “Historia de la Pintura en Chile” ha sido catalogado como un completo humanista por su generosidad, genialidad y preocupación por el sentido universal del arte, calificando su obra como una mezcla de realismo y poesía. Según su amigo, el pin- tor Marco Bontá que escribió un emotivo artículo sobre Paschín “su afán de superación era intenso, buscaba su len- guaje, el de su pueblo, el de su raza”, desafío que caracte- rizó al grupo de la Generación del 13. “Su vida intensa, su profundo espíritu de observación y su clara inteligencia no le permitían en arte soluciones simplistas”. Opinaba que por su vida y su obra “fue una brújula que ha marcado entre no- sotros una dirección segura y provechosa que ya ha rendido frutos verdaderos” . En su actividad multifacética realizó ar- tesanías en cal, en fierro forjado que por primera vez con- virtió en objetos vivientes, demostró como innovador que la encuadernación era un arte, hizo los primeros grabados en linóleum y muebles tallados considerados verdaderas pie- zas de museo, al igual que sus esculturas en piedra y ébano, haciendo realidad su frase predilecta que era enriquecer la materia. Como otros artistas que promueven cambios su arte fue incomprendido por algunos sectores, sin embargo, obtuvo reconocimientos y premios. Pablo Neruda escribió: “Te llevo grabado en lo más hondo de la vida, porque com- partimos vida y poesía, tierra y dolores” . La muerte lo sor- prendió en soledad y pobreza en Santiago en 1934. » “Mi hija (Retrato de Olga)” . Abelardo Bustamante. Óleo/tela/Madera 83 x 66 cm. Pinacoteca Universidad de Concepción. Según el historiador Antonio Romera en esta obra “los volúmenes se deshacen en una intencionalidad de coherencia entre el estilo fugurativo y el tema que representa. Es decir, un tema de ternura, unas formas esfumadas y delicadas, de contornos suavizados”.
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