Niños pintados: arte e historia

70 Obra que re- trata un niño en medio cuerpo, con el pelo corto castaño, ojos negros que miran direc- tamente al espectador , con vestimen- ta blanca con algunos deta- lles y pincela- das gruesas. El dibujo delimita exactamente la figura humana y los co- lores que, aunque de gama reducida permiten diferenciar los planos, contra un fondo negro liso y dan resalte al per- sonaje central agregando connotación psicológica al rostro del niño. Perteneció este cuadro a la colección Álvarez Ur- quieta. El historiador de la pintura chilena Antonio Rome- ra destaca la obra de este autor y escribe: “los retratos de niño son una delicia” y lo confirma como el iniciador de la pintura de género en Chile con sus admirables retratos de pilletes y mendigos. Francisco Javier Mandiola nació en Copiapó en 1820. No recibió formación académica regular en su arte, en su juventud recibió lecciones de profesores particulares, realizó esculturas religiosas y perteneció a la primera ge- neración de pintores chilenos que surgen después de los llamados precursores extranjeros. A los 24 años ingresó al taller de Monvoisin y es considerado su discípulo más im- portante, pero no se limitó simplemente a imitar al maestro si no que demostró gran creatividad e iniciativa propias. En 1847 ganó medalla de Oro en la Exposición Nacional, luego se matriculó en el curso de Alejandro Cicarelli y abo- gó por la creación de una Escuela de Bellas Artes. Admiró a los pintores españoles como Murillo y Velásquez con el mérito de no haber conocido directamente las obras de los artistas europeos y según el maestro Pedro Lira se anticipó 30 años a los pintores de su tiempo. Pintó varias obras reli- giosas y escribió la biografía de un escultor. Eusebio Lillo destaca “sus pinceladas llenas de vigor y propiedad, resul- tado más de su gran talento que de sus estudios de dibujo”. Murió en Santiago en 1900. Hi j os de p i ntores L a experiencia de tener un hijo es un acontecimiento de vital trascendencia en la mayoría de los casos, aunque hay hijos no deseados. Para un pintor la expectativa de retratar a un hijo debe ser tan gratificante o más que su concepción bio- lógica. Aquí se exponen varios retratos de hijos e hijas de destacados pintores registrados en nuestro patrimonio cultural como es habitual en diferentes estilos pictóricos de acuerdo con la época, la creatividad del artista según su escuela y estilo y su aporte personal al arte. » “MihijoIgnacio” . Francisco JavierMandiola.Óleo, Tela, Madera 31 cm x 36 cmMuseo Nacional de Bellas Artes. El dibujo delimita exactamente la figura humana y los colores que, aunque de gama reducida permiten diferenciar los planos, contra un fondo negro liso y dan resalte al personaje central agregando connotación psicológica al rostro del niño.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=