Niños pintados: arte e historia

55 plementando su formación con clases vespertinas en la Escuela de Artes De- corativas. Formó parte de la Genera- ción del 13, definida como “melancó- lica y malograda”, por el estilo de vida bohemia de sus integrantes, que ade- más los llevó a una muerte prematura; grupo catalogado por Pablo Neruda como “Heroica Capitanía de Pinto- res”. Sus integrantes provenían de la clase media o baja, se reunían en cafés, bares y tabernas llevando una vida de trasgresión. Fue un estudiante precoz pues, a los 18 años, en la Escuela de Bellas Artes se considera que ya había alcanzado la cúspide de su carrera, porque dos obras suyas se destacaron en la inauguración del Museo de Bellas Artes, en 1910, en la Muestra Interna- cional del Centenario. Discípulo de Pedro Lira y posteriormente de Álva- rez de Sotomayor, su temática abarcó retratos y escenas costumbrista y en su carrera se aprecia una evolución desde el naturalismo al postimpresionismo. En sus obras representó aspectos de la vida cotidiana y motivos del mundo popular urbano y rural. Además de las innovaciones en el estilo de las pintu- ras, el gran mérito de esta generación del 13 fue la incorporación de una nueva clase socioeconómica al arte nacional, hasta entonces copado por la aristocracia, al mismo tiempo que hizo visible en sus obras la cuestión social, anteriormente solo esbozada por su maestro Pedro Lira, pero que no lo- graba mayor interés en los pintores locales. Desempeñó también activi- dades docentes en la Academia de Be- llas Artes en 1925. Fue miembro del Consejo del Museo Nacional de Be- llas Artes e integrante del jurado que dirimía la adjudicación de becas para artistas chilenos en Europa. Obtuvo numerosos premios y medallas en los Salones Oficiales de Santiago. Murió a causa de cirrosis hepática en 1947 en Santiago. Este cuadro refleja fielmente el estilo postimpresionista practicado por el autor y sus compañeros jó- venes de la época. Vemos la figura humana de un jo- ven que puede ser varón o mujer, concordante con el título con que se encuen- tra esta obra: “Muchacha de la naranja” o “El niño de la naranja”. El cabello es castaño bien peinado y recortado, los rasgos de la cara está bien dibujados, las mejillas anaranjadas y el cuello es largo. Viste una polera manga larga, color rojo intenso, y en su mano izquierda sostie- ne una naranja, junto a la mano derecha. En la mitad superior del fondo se ob- servan tonos rosados y blancos y, más abajo, los colores viran al café. El mo- tivo es simple y, si bien la expresión del joven es seria y su postura rígida, la fineza del dibujo y el colorido otor- gan vitalidad y consiguen aplicar los principios estéticos de las corrientes fauvistas y expresionistas con la com- binación apropiada de tonos rojos, rosas, anaranjados, amarillos y café. Isaías Cabezón Acevedo. Nació en 1891 en Salamanca, Chile. Es consi- derado un artista autodidacta, y desde niño realizaba dibujos y afiches por encargo en su pueblo natal. A los 26 años ingresó a la Escuela de Bellas Artes, en Santiago, donde tuvo como maestro a Juan Francisco González. Con el dinero ganado en concursos de afiches viajó a Europa en 1922, visitó varios países donde conoció a importantes maestros de los emer- gentes movimientos impresionistas, expresionistas y fauvistas. Trabajó y » “Muchacha de la naranja” . Isaías Cabezón (1928). Óleo sobre tela 56 x 39 cm. Museo Nacional de Bellas Artes.

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