Niños pintados: arte e historia
53 El estilo más particular de este artis- ta ha sido definido como “realismo luminoso”. Sin embargo, esta obra tiene más elementos naturalistas con influjos impresionistas expresados en las pinceladas multicolores que se aprecian en todo el cuadro. En primer plano un niño de semi perfil, sostiene en sus manos un racimo de uvas intensamente azules de contor- nos resaltados, que parece desgranar; la luz está centrada en el rostro que no expresa alegría. Podría interpre- tarse el rictus de la cara del pequeño con cierta semejanza a otra obra del pintor, donde repre- senta una niña taima- da… ¿Estará presionado a consumir la fruta que no es de su agrado? Los contornos están bien delimitados y marcan los detalles del cuerpo y la vestimenta, predominan- do los colores amarillos y café, tanto en la figura del niño como en el fondo, donde se aprecia mayor variedad e inclusión de azules, violetas y anaran- jados. En la parte superior derecha del último plano se pueden adivinar bosquejos de una construcción rec- tangular en amarillo, las siluetas de algunas estructuras en tonos de ne- gro y, más abajo, una aparente laguna en azul. En el ángulo inferior derecho aparece la firma del autor con sus dos apellidos y el año de la obra. Benito Rebolledo Correa. Nació en Curicó en 1880. Destaca entre sus compañeros contemporáneos de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que continuaban siguiendo los cánones de los pintores franceses, por seguir el estilo del español Joa- quín Sorolla -cultor del impresionis- mo-, con escenas al aire libre, colores claros, con mucho sol y acento en la luminosidad. Es considerado como un fiel exponente de las mejores ca- racterísticas tomadas de sus maes- tros, como el dibujo de Lira, la pince- lada de Juan Francisco González y las influencias de Sorolla, que Rebolledo conjuga con un acento personal. En sus composiciones artísticas emigró de la temática social -algo más oscu- ra- de sus maestros en la Escuela de Bellas Artes, Pedro Lira y Juan Fran- cisco González, hacia pinturas más » “Niño comiendo uvas” . Benito Rebolledo (1906). Óleo sobre tela 48 x 35cm. Pinacoteca Universidad de Concepción. El estilo más particular de este artista ha sido definido como “realismo luminoso”. Sin embargo, esta obra tiene más elementos naturalistas con influjos impresionistas expresados en las pinceladas multicolores que se aprecian en todo el cuadro. París, adquiriendo destrezas en estu- dios de anatomía y en procedimientos de su arte. Sus obras abarcaron varia- dos temas como paisajes, retratos y episodios históricos, como “Los últi- mos días de José Miguel Carrera” . En su cuadro “La oración de la noche” se aprecian rasgos del tenebrismo de autores italianos y españoles, donde destaca los rasgos sentimentales y aborda aspectos psicológicos de los personajes. Tras la muerte de su es- posa cae en gran depresión, abando- na París y migra a España para residir en Bilbao, y posteriormente en Barce- lona, donde se empleó ilustrando re- vistas. En la capital catalana se perdió todo contacto y se estima su muerte en 1930, a los 55 años.
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