Niños pintados: arte e historia

48 » “PaseoAtkinson” . Alfredo Helsby. Óleo sobre tela 110 x 130 cm. Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso. La escena representa una combina- ción de colores luminosos y sombras oscuras con algunos rasgos del im- presionismo. La niña con sombrero con un vestido de gasa blanca con cinta rosada en la cintura aparece desplegado por el viento y corre al aire libre otorgando a la escena un efecto dinámico. Se aprecia gran pre- ocupación por los detalles en la figu- ra central, aunque el rostro está poco delineado. La influencia de destaca- dos pintores de paisajes se refleja en las casas y las rejas de colores blancos y anaranjados y en los antejardines con arboledas verdes. Otras figuras completan el cuadro como el hombre que sostiene un canasto apoyado en La protagonista de esta pintura apa- rece en pequeño tamaño en el plano central alejado, estática, con su ros- tro poco delineado, cabellera rubia, vestida de blanco con medias negras sosteniendo el aro por delante de su cuerpo. Los colores encendidos y la técnica detallista han incluido al autor en el estilo del descriptivismo, aunque otros aspectos del lugar, el paisaje y la situación lo aproximan al romanti- cismo. El manejo de los colores y del espacio le dan rasgos innovadores. La niña está situada sobre un pasillo empedrado en medio de un extenso parque y a un costado de una cons- trucción semicircular con muros con detalles y una bóveda aparentemente de vidrio semicubierta por vegetación que podría corresponder a un inver- nadero botánico. Los tonos amarillos, ocres y verdes realzan la visión general de la obra. Ernesto Molina Molina nació en Rengo en 1857, hijo de un rico agri- cultor, también fue discípulo de Juan Mochi en la Academia de Pintura, se interesó por los temas costumbristas y los pintores extranjeros llegados a Chile y en 1886 obtuvo una beca para perfeccionarse en Europa. Reco- rrió Francia, Italia y España y en sus obras destaca su gran atracción por Venecia y el norte de África. Cultivó una temática muy variada que incluyó personajes, retratos, temas orienta- les y paisajes urbanos tanto chilenos como europeos. Fue un eximio co- leccionista de antigüedades exhibidas en su casa, considerada dentro de las mejores de esa época. En torno a su muerte a los 47 años en 1914, circula la leyenda de haber sido envenado por su segunda esposa descrita como una italiana muy bella. » “La niña del aro” . Ernesto Molina. Colección particular.

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