Niños pintados: arte e historia

46 El ambiente representado en esta obra nos transporta a una época pa- sada. En primer plano a la izquierda se aprecia un niño inclinado lanzando el trompo sobre la troya, en el típico juego de golpear y sacar del ruedo las piezas de los otros jugadores. Otro niño de pie conversa y parece explicar cómo enrollar la soga para hacer bailar el juguete a otro joven que lleva som- brero, bufanda y periódicos bajo su brazo. Los dos jugadores van vestidos con camisa blanca, chaleco oscuro sin mangas y pantalones negros enrolla- dos bajo la rodilla, y están descalzos al igual que el canillita. También presta atención al juego otro niño que apoya una rodilla en tierra lleva una manta al hombro, zapatos y un canasto cu- bierto con un paño blanco. La escena está ambientada en una calle de tierra de una población de casas antiguas probablemente de adobes con tejas coloniales. En una puerta se puede apreciar una mujer con un paño en la cabeza, pañuelo al cuello, vestido lar- go y delantal que sostiene una escoba en sus manos. Completan la escena arriba a la izquierda cuatro personajes de pie todos con vestimentas largas y un hombre de espaldas con poncho y sombrero montado a caballo llevando un bulto por el costado, y sobre la ve- reda que se extiende hacia el fondo una banqueta y un árbol. En el libro de Oreste Plath “Origen y folclor de los juegos en Chile” disponible en la red se pueden encontrar interesantes descripciones e información sobre viajó a Brasil contratado por el Empe- rador Pedro II como pintor de cámara y profesor de pintura de la emperatriz María Teresa de Borbón. Se estable- ció en la corte de Rio de Janeiro y tuvo participación en la organización de la Academia de Bellas Artes de esa ca- pital. En 1848 es contratado por el gobierno chileno en el marco del plan educativo y de fomento de las artes del presidente Manuel Bulnes para consolidar la formación de la Acade- mia de Pintura que fue inaugurada a comienzos del año siguiente siendo su primer director, cargo que desem- peñó durante 10 años consecutivos. Como maestro de los jóvenes pinto- res chilenos fue considerado severo, tradicionalista y algo rígido, gran ad- mirador de las artes grecorromanas, sus enseñanzas siguieron las tenden- cias europeas basadas en principios clásicos que no se habían modificado desde el Renacimiento dando rele- vancia a los temas religiosos, mito- lógicos e históricos. Es considerado un personaje curioso porque hacia ostentación de los diplomas y portaba permanentemente, las medallas obte- nidas. Recibió la nacionalidad chilena y falleció en Santiago en 1879. » “Jugando al trompo” . Agustín Undurraga (1897). Óleo sobre tela 93,7 x 186 cm. Museo O’Higginiano y de Bellas Artes de Talca. Alejandro Cicarelli Manzoni nació en Nápoles (Italia) en 1808, estudió en el Instituto Real de Bellas Artes de su ciudad natal y luego en Roma.

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