Niños pintados: arte e historia

43 Las figuras de la madre sentada con pelo largo y sombrero y la del niño aparecen estilizadas, ambas de frente, en tona- lidades de colores naranja, amarillo y ocre. Sobre la rodilla izquierda de la madre se ve una imagen anaranjada difícil de definir que el niño mira con atención y pareciera prote- ger con sus manos. Los rostros muestran rasgos y gestos marcados. Las manos de la madre de gran tamaño y des- proporcionadas con relación al cuerpo abrazan y cobijan al niño, y se pueden interpretar como la protección que brin- da al hijo. Los pies de la madre también son de gran tama- ño. El fondo es de color más oscuro y con escasos detalles. Además de la maternidad, Lobos abordó en sus temas la infancia, la vida campesina, la pobreza y las luchas sociales, consecuente con su origen humilde y campesino, y sus tra- bajos fueron descritos como cargados de realismo social. Pedro Lobos Galdámez nació en Putaendo. Durante el día trabajaba como obrero textil y en horario nocturno in- gresó a estudiar pintura en la Escuela de Artes Aplicadas y después en la Escuela de Bellas Artes. Fue ayudante de los autores del mural “Historia de Concepción” en la estación de ferrocarriles de la ciudad penquista. Fue becado por el Instituto de Cooperación Intelectual de la Universidad de Chile, para perfeccionarse en Brasil, y recibió una beca del gobierno de México, donde estudió con los muralistas Die- go Rivera y Alfaro Siqueiros. Ejecutó pinturas murales en diversos países como Argentina, Uruguay, Ecuador, Vene- zuela y Guatemala. El más reconocido mural que pintó en Chile fue en el Hospital John Kennedy de Valdivia, obra que después de la demolición del edificio fue trasladada al Parque Saval. También se destacó como docente en es- cuelas de arte de Santiago, Ecuador y Venezuela. Además, escribió crónicas sobre arte en algunos periódicos, como la revista Pro-Arte y el diario El Sur. Falleció en 1968 en Santiago. » “Madre e hija” Pedro Lobos. Óleo sobre tela 95 x 107 cm. Pinacoteca Universidad de Concepción. Las figuras de lamadre sentada conpelo largo y sombrero y la del niño aparecen estilizadas, ambas de frente, en tonalidades de colores naranja, amarillo y ocre. ños en la playa donde resalta el colorido brillante, las luces del cielo y el mar, y los reflejos sobre los cuerpos mojados de las figuras infantiles. Recibió el Premio Nacional de Artes en 1959. En la exposición de 1918 obtuvo primera medalla con una de sus típicas telas de playas y mar. Falle- ció en Santiago en 1964.

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