Niños pintados: arte e historia

29 Los ange l i tos vue l an a l c i e l o L a costumbre de velar al angelito se ha registrado en Chile y en muchos otros países de América y se piensa que vino desde España e incluso podría tener antecedentes árabes. Existe una pintura de un autor portorriqueño del año 1893 titulada “El velorio”, que representa una escena semejante. Esta tradición era más practicada por familias pobres, campe- sinas y de barrios marginales. La muerte de un niño menor de siete años era motivo de celebración, pues se creía que un inocente llegaría al cielo directamente para convertirse en protector de su familia, sus parientes e, incluso, su comunidad. Motivo de inspiración para artistas precursores desde la época colonial hasta la era contemporánea en la historia de la pintura chilena, el tema transitó a través de los diferentes estilos de los autores desde el romanticismo, el costumbrismo, el expresionismo hasta el naif, dejando finos documentos que enriquecen la cultura. Su trascendencia ha ido más allá del arte pictórico y ha sido fuente de creaciones musicales y cinematográficas. En otro sentido, se han reportado abusos pues existen registros en relación con el aprovechamiento de la pobreza de los padres por parte de comerciantes inescrupulosos que hicieron acuerdos para contratar al niño fallecido y realizar fiestas clandestinas de larga duración cobrando entrada, con venta de alcohol, sin medidas higiénicas ni resguardos respecto del cadáver expuesto durante varios días y originando molestias en vecinos que motivaron denuncias, arrestos y multas. » “El velatorio del angelito, costumbre popular chilena”. Ernest Charton de Treville. Óleo sobre tela 73 x 92,5 cm. Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Esta pintura es una composición de las mejor logradas por el autor, representa diferentes personajes típicos en una fiesta convocada por la muerte de un niño que se celebra de acuerdo con la costumbre popular y donde se muestra, se- gún algunos autores, un “bárbaro espectáculo”. La familia, los compadres, los parientes y vecinos se reúnen en torno a la música, el baile, los versos y las bebidas para festejar el viaje al cielo del infante para rogar por la salvación de los asistentes. La figura central ubicada sobre el altar aparece desplazada hacia la izquierda destacada por la luz de las velas, rodeado de arreglos florales y bajo un palio hechizo. La pareja que baila bastante apegados y sus miradas en el

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