Niños pintados: arte e historia
21 naufragio del bergantín en territorio mapuche y las consecuencias sociales y políticas de este encuentro de dos mundos y nos entrega otros datos. El gobierno chileno ofreció no eje- cutar a los caciques inculpados de asesinatos y robo de las mercancías y bienes que trasportaba la embarca- ción siniestrada a cambio de que se permitiera la llegada de misioneros capuchinos al territorio mapuche. A finales de noviembre de 1849 el primer prefecto capuchino, el padre Ángelo Vigilio Lonigo no había conseguido la auto- rización de sus superiores ca- pitalinos ni del gobierno para establecer la primera misión en la Araucanía. Además, el fraile había sabido que el presidente Manuel Bulnes había enviado tropas militares al sur del rio Toltén y al norte del rio Cautín para invadir la zona, por lo que emprendió un viaje para entrevistarse con el jefe de estado chileno. El relato del padre Ángel de estos acontecimientos reproducido en el texto previamente citado dice: “Una triste noticia vino a turbarnos. Una nave chilena llamada “Joven Daniel”, en junio [sic] de aquel año 1849 había naufragado en las costas de Arauco y cuya tripulación pereció totalmente. Unos decían ahogada con la nave, otros asesinada por los araucanos. Por ello la policía de Valdivia, mediante una estratagema hizo apresar y encar- celar a dos caciques araucanos creídos autores... del asesinato. El Goberna- dor de la provincia de Concepción [Ge- neral de la Cruz] ... pidió al Gobierno fuerzas para castigar a los culpables. El Gobierno mandó todas las tropas disponibles a las dos fronteras de Val- divia y de Concepción... Las tropas estaban listas para partir de Santiago y yo también hacía mis preparativos para la partida. Las circunstancias no eran... muy favorables para mi empre- sa... Y la sociedad evangélica no creyó oportuno entregarme los dineros para fundar mi Misión...”. En 2010 se publicó una novela histó- rica titulada “Naufragio y Cautiverio” escrita por un bisnieto “de los perso- najes principales” de este tema, don- de relata una extensa y documentada investigación emprendida por Ramón Bañados tres años después de la trage- dia, asegurando que se embarcaron en el bergantín en Valparaíso su hermano gemelo Juan Bañados, esposo de Elisa Bravo, los hijos de la pareja Rosario de dos años y Alamiro de solo algunos meses de edad, con dos nanas y un tío materno de Elisa. En sus expediciones logró entrevistarse con la joven cuan- do se encontraba cautiva como mujer de un cacique en territorio dominado por las tribus mapuche. Elisa le dio de- talles del naufragio: debido a las malas condiciones climáticas, luego de es- trellarse en los roqueríos de Puancho se dispusieron cuatro botes para des- embarcar la carga y los pasajeros, pero solo dos botes alcanzaron la playa y muchos se ahogaron. Los sobrevivien- tes fueron en un principio socorridos por los mapuche del lugar, pero luego de una borrachera con aguardiente los aborígenes mataron a los hombres in- cluido el pequeño hijo Alamiro, y las mujeres fueron raptadas y distribuidas entre los jefes de las tribus llevándose y separando de Elisa, a la niña Rosario y su nana de quienes nunca más tuvo noticias. Monvoisin dejó otro cuadro que también se encuentra en restauración en el Museo O´Higginiano de Talca, don- de aparece Elisa Bravo sentada en el suelo al estilo mapuche con las piernas cruzadas por delante. Completan la escena dos niños de tez morena sobre su regazo, otras dos mujeres jóvenes supuestamente sirvientas y al fondo, de pie, la figura de un hombre en teni- da de campesino frente a una casa ro- deada de palmeras y densa vegetación. Según los críticos del arte, Monvoisin había adquirido aspectos del romanti- cismo costumbrista con adornos tropi- cales y rasgos naturalistas que revelan los recuerdos nostálgicos de su perma- nencia en América, y esta pintura sería equivalente en el estilo americanista conseguido por el pintor en el nuevo mundo, con un cuadro previo de su au- toría en estilo orientalista titulado “Alí Pachá y Vasiliki”, que muestra al visir gobernante de los Balcanes por enton- ces una provincia del imperio otomano y a su esposa favorita que era griega y cristiana, obra que se puede apreciar en la Pinacoteca del Palacio Cousiño. Monvoisin dejó otro cuadro que también se encuentra en restauración en el Museo O’Higginiano de Talca, donde aparece Elisa Bravo sentada en el suelo al estilo mapuche con las piernas cruzadas por delante.
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