Niños pintados: arte e historia
20 agosto de 1849 el Joven Daniel iba a estrellarse a la solitaria playa, que en el paraje de Puancho habitaban por esos años, en nunca perturbado aisla- miento, unas pocas tribus salvajes... A la verdad todo lo que como cosa cierta se tiene hasta hoy averiguado sobre el naufragio del Joven Daniel, es la fecha i el lugar del siniestro” . Y agrega el tes- timonio de un “indio” llamado Porma que al comienzo de la investigación había declarado lo que había visto: “Se- gún su relación, los náufragos habían llegado salvos y aun contentos con su carga a la playa... Una vez a salvo, contaba el delator y para congraciarse a aquellos, que de todas partes concurrían durante el primer día al impro- visado campamento cristiano, repartiéronles para su mal un barril de aguardiente... Porma añadía...que en la noche los salvajes, ebrios de alcohol y de lujuria, habían cometido... los actos más atroces... Sólo un niño rubio y de corta edad es- capó... a la común matanza…aquella amable criatura había sucumbido días más tarde por la ferocidad de Curin”. El naufragio causó gran revuelo en las esferas de gobierno que llevó a cabo va- rias misiones de investigación llegan- do a la conclusión que la información inicial era falsa, que las averiguaciones oficiales y luego del juicio de los impu- tados en los delitos y los parlamentos con los caciques de la zona permitieron afirmar que todos los náufragos murie- ron ahogados luego de abandonar la nave en frágiles embarcaciones que no pudieron gobernar por “la braveza de las olas en medio de las tinieblas de la noche” , que no hubo asesinatos, que se encontraron cinco cadáveres, tres de mujeres y dos de hombres y que el cacique Curín era inocente. El mismo informante inicial en una segunda de- claración contó al comisario de Valdi- via que el ayudó a enterrar en la arena a “una señorita con otras dos mujeres y un niño muy pequeño” , dejando tres piedras de cancagua sobre la tumba en la playa. La afirmación final de Vi- cuña Mackenna según las versiones de los documentos oficiales y las de- claraciones de supuestos testigos es que Elisa murió en el naufragio y no fue posible encontrar indicios de su destino ni de las otras cautivas a pe- sar de los denodados esfuerzos de sus parientes que no encontraron rastro alguno. Y el texto comentado termina en el estilo poético que utiliza el autor en todo el documento con el último párrafo tipo epitafio: “Elisa Bravo, tu destino de náufraga abrió a tu patria el camino de la pacificación secular, y tu existencia en la tierra no fue así estéril como el abrojo sino fragante como la flor que abre sus pétalos al sol cuando éste nace…por eso y para siempre descansa en paz!”. En su “Testimonio de un cacique ma- puche”, cuya primera edición bilingüe se publicó en 1930, el lonco Pascual Coña, que era niño en la fecha del nau- fragio y que llegó a ser gran cacique de esa zona, escribió: “Antes, cuando yo era chico todavía, mi finada madre me contaba muchas cosas. En primer lugar me dijo lo siguiente: Hace tiempo encalló un buque en la playa Puauchu. Entonces te llevaba en la cuna y fui contigo a ver el navío; se había partido al salir; tenía el nombre “Joven Daniel”. Salie- ron de él muchísimas cosas: gé- neros de toda clase, gran canti- dad de harina con tanto ají que la playa estaba toda colorada; hasta bebidas alcohólicas y una infinidad de otras especies. También salió vivo un caballe- ro extranjero y varias señoras, unas vivas, otras muertas, y un perro grande que se echaba al lado de su patrón. Según se cuenta [al perro] lo mataron los [mapuche] juntamente con el caballero. Las se- ñoras que habían salido vivas, fueron llevadas a Boroa, se dice. Allí ellas se acostumbraron de modo que cuando más tarde sus parientes vinieron a lle- varlas, no quisieron irse; quedaron vi- viendo con los indígenas”. La doctora en literatura Latinoa- mericana Susan Foote en su libro “Pascual Coña: Historias de sobrevi- vientes. La voz en la letra y la letra en la voz” analiza en forma detallada la información relacionada con el El naufragio causó gran revuelo en las esferas de gobierno que llevó a cabo varias misiones de investigación llegando a la conclusión que la información era falsa, que las averiguaciones oficiales y luego del juicio de los imputados en los delitos y los parlamentos con los caciques de la zona permitieron afirmar que todos los náufragos murieron ahogados luego de abandonar la nave en frágiles embarcaciones que no pudieron gobernar.
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