Niños pintados: arte e historia

17 da por los conquistadores durante la colonia para catalogar a las personas que descendían de la unión entre blancos ha- bitualmente de ascendencia europea con negros, corriente- mente de origen africano, a diferencia de los mestizos que correspondían a las personas del cruce de blanco español e indio nativo. El historiador de arte Ricardo Mariátegui publicó un libro sobre José Gil de Castro y en varias páginas describe el cua- dro “Nuestra Señora de los Dolores” firmado por el pintor en 1815 y postula que el ángel detrás del sillón correspon- dería a un autorretrato basado en los rasgos y la vestimenta. Se desconocen otras obras que muestren al artista por lo que sido catalogado como de “rostro desconocido”. En 1822 (otras fuentes refieren 1825) regresó a Lima don- de murió en 1841 a los 56 años en circunstancias descono- cidas y algunos biógrafos refieren que “se cree que murió en la mayor pobreza, a pesar del éxito y la fortuna que había logrado durante su permanencia en Chile”. Con obras provenientes de museos públicos y coleccionis- tas privados de Perú, Argentina y Chile, en 2015 el Museo Nacional de Bellas Artes en Santiago exhibió la muestra iti- nerante José Gil de Castro, pintor de libertadores, gracias a la colaboración de investigadores, restauradores y técnicos de los tres países. Retratos de Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O´Higgins, Ramon Freire, Juan Grego- rio Las Heras, Manuel Blanco Encalada, el rey Fernando VII, Santa Isabel reina de Portugal y el apóstol Santiago el Menor, entre otros, forman parte del vasto legado creativo del Mulato. El retrato de José Raymundo es un documento histórico cultural y, más allá de su valor artístico, paradojalmente re- cuerda un acontecimiento que da testimonio del bajo valor y aprecio que se daba a la vida de los niños en la época de su realización.

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