Niños pintados: arte e historia
14 Pr imer ret rato de un n i ño ch i l eno en so l i tar i o E n la inscripción de la columna de la izquierda del cuadro se lee: “El Señor Dn. José Raymundo Juan Nepomuceno de Figueroa, y Araoz; hijo del Sr. Dn. Manuel de Figueroa, y de la Sa. Da Dolores de Araoz, nació en el Reyno de San- tiago de Chile el día 15. de Marzo del Año de 1811 y pasó a los Reynos de España en el mes de Agosto del Año de 1816. en compañía de su padre; de edad de 5 a ̃. y 5 m ̃. a petición de este niño se le Retrató con el Libro en una mano, y la Pelota en la otra” . Así como su autor es considerado el “primer pintor chileno” y el primer gran retratista de la América republicana, esta obra ha sido acuñada como el “primer niño retratado en solitario” en la historia de la pintura nacional, aunque José Gil de Castro era peruano. De acuerdo con el estilo del autor, la obra está llena de múltiples detalles y objetos vistosos que dan información del rango social y familiar del niño. Al fondo, en el ángulo superior derecho se aprecia el “Escudo de las Armas de los Figueroa” con todos los detalles de la heráldica: fajas de oro y azur en el blasón con orla en plata que muestra siete flo- res negras y una “x” superior en oro, yelmo con penacho de 4 plumas en plata, gules, azur y oro, lema en cinta en gules con letras doradas en la parte superior y soportes con volutas en plata, oro, gules y azur. A la derecha, sobre un escritorio de estilo victoriano con incrusta- ciones, se observan monedas de plata, un monedero, un tintero, plumas para escribir y hojas de papel. En el centro, la figura de José Raymundo ves- tido con uniforme de cadete militar de infantería, algo inha- bitual para un niño de esa edad y en esa época, la casaca azul marino con charreteras u hom- breras, canelones de plata hasta el brazo y vivos rojos, el pantalón largo blanco, con un libro que representa el estudio en su mano derecha y una pelota que simboliza el juego en su otra mano de acuerdo con su petición. El rostro con mejillas muy enrojecidas, probable- mente con maquillaje, aunque se podrían plantear lesiones de dermatitis atópica. El cuadro fue pintado en 1816 y según los críticos de arte el autor había alcanzado por esa época todas las caracterís- ticas que lo distinguieron. Había logrado conjugar en forma perfecta los aspectos propios de la escuela colonial mestiza americana donde se había forma- do, con las nuevas tendencias del neoclasicismo europeo llegadas a Chile en los primeros años del siglo XIX. En los numerosos retratos que pintó logró centrar su atención en los rostros, dando importancia a la semejanza entre el retrato y el retratado, pero va más allá de la apariencia física al lograr dentro de lo factible una profundidad psico- lógica. En este caso la imagen del niño proyecta seriedad, sumisión y cierto grado de temor frente a las posibles exigencias que le impone la disciplina y el rol de la presión paterna y familiar. Con las inno- vaciones para esos años, el pintor ha logrado incorporar en sus obras nuevos cánones en el dominio de las perspectivas, en los detalles del rostro y la buena propor- ción de la figura como se reflejan en esta pintura. Además, Gil de Castro revela sus habilidades reconocidas de gran dibujante y un adecuado manejo de las líneas y el colorido. » “Retrato de José Raymundo Juan Nepomuceno de Figueroa y Araoz” . José Gil de Castro (1816). Óleo sobre tela 135 x 100 cm. Colección particular.
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