Niños pintados: arte e historia
13 » “La niñaRosa corta su cabellera” . Laureano Dávila (1754). Óleo sobre tela 127 x 166 cm. Monas- terio de Santa Rosa de Lima, Santiago. que el pintor conociera las creencias ancestrales afro-indígenas atribuidas al color rojo y a los rayos por la cin- ta roja de Changó, la deidad yoruba orisha del fuego, los truenos, los ra- yos, el poder y la justicia en la cultura afrocubana, que lleva en su cabeza la sirvienta esclava. El cuadro fue pinta- do en la escuela quiteña en Alto Perú durante el periodo virreinal, pertene- ció a la familia de Felipe Tupac Ama- ru Inca luego al coleccionista de arte y escritor Luis Álvarez Urquieta antes de ser comprado por el Museo Nacio- nal de Bellas Artes. Un historiador ha sugerido que el autor sea Melchor Pérez de Holguín en base a similitu- des con obras de ese pintor, pero más concretamente se atribuye su autoría a Blas Tupac Amaru cuyos datos bio- gráficos son escasos. La leyenda al pie del cuadro explica la escena representa- da en un continuo de cuatro episodios. En primer plano al centro la niña Rosa vestida con falda azul con adornos que deja ver el borde de la enagua blanca se enfrenta a su her- mano que lleva casaca roja, pantalón azul y medias, porque le ha ensuciado el cabello con barro. A la derecha aparece la santa charlando con dos “meninas” (cuidadoras de las familias reales) y decide retirarse a su cuarto “compungi- da y llorosa” para cortarse el pelo, situación que aparece al fondo de la casa paterna en un cubículo abierto en un co- rredor con pilares. El relato termina con la madre de Rosa castigándola “llena de cólera, le dio de guantadas y golpes” apreciable en un exterior a la izquierda. La crónica ubica el cuadro en “el jardín de una mansión con las características de la Audiencia de Quito, con acceso por escalinata y ba- laustrada”. En la parte superior del fondo de la pintura se observa un puerto, casas y “elevaciones áridas que evocan las costas del Perú”, elemento creativo del pintor, discor- dante con el supuesto edificio quiteño. Esta obra forma parte de la serie de entre 14 y 19 lienzos sobre la vida de Santa Rosa de Lima, primera santa americana, durante mucho tiempo de autor desconocido y más recientemente atribuida al pintor y restaurador quiteño Laureano Dávila. Un historiador ha sugerido que el autor sea Melchor Pérez de Holguín en base a similitudes con obras de este pintor, pero más concretamente se atribuye su autoría a Blas Tupac Amaru cuyos datos biográficos son escasos.
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