Niños pintados: arte e historia

11 Esta pintura también forma parte de la serie sobre la vida de San Francisco y el estilo se asemeja a la obra anterior en que aparecen rasgos flamencos, hispánicos y cuzqueños con acento catalogado como mestizo-popular, donde resaltan el colorido y los de- talles que posicionan el motivo en la época colonial. La indumentaria de los personajes y su fisonomía junto al manejo del claro-oscuro son atribui- das a la influencia española. El plano central de la escena basada en una le- yenda muestra al santo con su hábito de la orden levantando su mano dere- cha e indicando con el índice, sentado en una mesa servida con pan, frutas, ajíes, un cuchillo y otros implemen- tos. De pie aparecen vestidos con trajes del siglo XVII tres varones, uno de ellos correspondería al dueño de casa y hacia la izquierda un sirviente se aproxima con una frutera. La tradi- ción cuenta que el santo solicitó que le sirvieran manzanas a lo que los an- fitriones le respondieron que no era la temporada. En un plano exterior se ve una nodriza cerca de una hoguera y un caldero con agua hirviendo donde se supone habría caído por accidente un niño de la casa con consecuencias fatales para el pequeño. Hacia la de- recha se ven dos mujeres sorprendi- das al levantar la tapa de un arcón y ver emerger al niño resucitado con dos manzanas en sus manos para sa- tisfacer la petición del huésped. Un ángel sostiene una inscripción don- de se relata el episodio. El fondo de la habitación está decorado con telas descritas como “brocados con volu- tas”, una columna y en la distancia árboles, construcciones de una ciu- dad y un cielo con nubes. Los críti- cos han destacado varios defectos del arte americano en sus etapas iniciales en parte debidos a la falta de buenos maestros. En aquella época el paisaje tuvo escasa importancia al igual que los estudios de luz y sombras con falta de tonos luminosos y defectos en los contrastes, aunque predominan la gran cantidad de detalles con falen- cias en la aplicación de las perspecti- vas, pero tienen el enorme mérito de constituir trascendentes documentos de la historia. Juan Zapaca Inga. Existe poca infor- mación sobre este artista cuzqueño, discípulo de Basilio de Santa Cruz Pumacallao, indio célebre por ser au- tor de otros cuadros de San Francisco enCuzco. Su estilo sigue las pautas de la escuela cuzqueña caracterizada por los colores vivos y los finos detalles de las formas sin dar mayor importancia a las reglas de la perspectiva. » “San Francisco y el milagro del niño escaldado y las manzanas” . Juan Zapaca Inga. Óleo sobre tela 120 x 222 cm. Museo Colonial de San Francisco de Santiago. y tullidos representados con gran rea- lismo al estilo de la pintura española, que retratan a los mendigos cuzque- ños de fines del siglo XVII entre los cuales se aprecia una mujer que lleva de la mano a un niño. Al fondo del comedor a la izquierda se muestra un exterior con el santo más joven pi- diendo limosna mezclado con los po- bres. Otros detalles se aprecian en el fondo donde una sirvienta prepara la comida, otros sirvientes portan ban- dejas y jarros de bebida, y los adornos sobre la pared demuestran el nivel acomodado de la familia anfitriona. La indumentaria de los personajes y su fisonomía junto al manejo del claro- oscuro son atribuidas a la influencia española.

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